APRENDIENDO A IR AL BAÑO.




Existen diferentes propuestas para preparar a nuestros hijos para aprender a ir al baño.  Acá planteo una pensando en niños cuyo desarrollo no discurre dentro de los parámetros esperados para la edad.
Puntos preliminares
Antes de emprender esta tarea de enseñarles a utilizar el servicio sanitario es importante tomar en cuenta dos aspectos:

  1. La edad estimada de desarrollo del niño debe ser superior a dos años. No me refiero a la edad cronológica sino a la edad de desarrollo. Trabajar en ir al baño antes de la edad mental de dos años no es apropiado, producirá muchos fracasos y frustraciones que pueden hacer más dificultoso el aprendizaje.

2. Es un proceso que varía en los niños. En unos puede ser un aprendizaje rápido y en otros demorarse mucho tiempo. Los elementos fundamentales para el éxito son:
  • Paciencia, independientemente del tiempo que lleve debemos seguir intentando y poco a poco irán apareciendo resultados, de nada sirve comer ansias.
  • Perseverancia, continuar a pesar de las dificultades que aparezcan, de los adelantos o de los retrocesos.
  • Constancia, es una tarea que debe sostenerse siempre, en todo momento, independientemente de las circunstancias y el lugar.
  • Nunca comparar.  Si otro lo logró antes, muy bien por ese niño, cada uno va a su ritmo.  Metas y estrategias tenemos que tener, pero no las mismas que otros.  Este es un tema muy individual.
El niño debe sentirse en todo momento seguro, cómodo, relajado y contento con este aprendizaje de manera que los castigos y regaños quedan fuera del proceso.
Algunos detalles para no pasar por alto
– El inodoro debe resultarle cómodo.
  • Colocar una tablilla que cierre el espacio para sentarse y que sea adecuada al tamaño del niño.
  • Evitar las salpicaduras. En un niño con problemas de integración sensorial esto puede resultar siendo un estímulo incómodo, molesto o que desencadene temor. Puede evitarse dejando sobre la superficie del agua algunas toallitas de papel higiénico.
  • Evitar tirar de la cadena, la palanca o el botón si al niño le resultan molestos los ruidos. En caso contrario es bueno enseñarle a que sea el mismo quien haga el procedimiento.
  • Colocar una banquita para apoyar los pies. Resulta incómodo estar sentado en el inodoro con los pies colgando, además no se ejerce adecuada presión sobre el abdomen y acciones como defecar u orinar pueden resultar complicadas.

– Evitar los regaños cuando ocurran accidentes. Mostrar que todo tiene solución.
– No dar marcha atrás nunca.
– Hacer del momento una experiencia agradable.
– Evite la ropa muy complicada de quitar, recuerde que el objetivo final es la total autonomía, es decir que el niño pueda quitarse la ropa, sentarse y hacer todo por sí mismo, sin ayuda o ayudas mínimas y supervisión.

Establecer un horario
Algunos niños con TEA no son verbales y puede que tengan dificultades para hacernos comprender la necesidad de ir al baño. Entonces es conveniente que los padres y cuidadores establezcamos un horario que permita registrar las horas en las que hace pipí y las horas en las que hace popó. Un registro de un par de semanas resulta suficiente para verificar las tendencias que presenta. Esto ayudará a que el adulto le lleve al baño unos pocos minutos antes de la hora registrada en el horario, le sienta en el inodoro y le acompaña.
En algunos casos se muestra un claro reflejo gastrocólico, esto quiere decir que en cuando se inicia el procesamiento de los alimentos en estómago e intestino delgado después de comer, se desencadenan movimientos que estimulan a defecar.  Si esto se da en el niño entonces se dispone ya del momento apropiado para llevarle al baño.

¿Qué pasa si no hace nada?
Pues igual, no pasa nada, se sigue intentando.  Poco a poco, es un proceso que requiere paciencia.

¿Qué pasa si al llevarle ya se ha hecho?
Pues tampoco pasa nada. Se le limpia sentado en el inodoro de manera que aprenda que ese es el lugar en el que se debe hacer.  Y se continúa perseverando en la tarea.

¿Cómo procedemos?
Una vez determinado el horario debe establecerse la rutina para llevarle al baño. Se le desviste al mismo tiempo que le explicamos lo que se va a hacer. Luego se le sienta en el inodoro y el adulto debe acompañarle sentado al lado o al frente mientras le comparte algunos elementos interesantes para entretenerle: libros de pintura, juguetes favoritos, etc. No debe haber otros distractores en el baño para evitar que se levante del inodoro para buscarlos o alcanzarlos.

Si logra hacer pipí o popó entonces se le limpia sentando en el inodoro, las toallitas o el papel se depositan en el recipiente para basura mientras el niño lo observa. Luego le viste y podemos enseñarle a que se despida de su pipí o su popó, si tolera el ruido del agua entonces puede el mismo tirar de la cadena o de la palanca.

¿Cuándo quitamos el pañal?
Este es un momento clave del entrenamiento porque implica que han sido cumplidos los pasos previos y se encamina a la independencia del pañal.  Antes de proceder a retirar el pañal es importante verificar que se cumplen los siguientes aspectos:

  1. Un horario ha sido establecido y ya el niño está haciendo pipí y popó en el baño cuando se le lleva
  2. El niño ya tiene alguna forma de hacernos ver la necesidad de ir al baño (ya sea de forma verbal o con alguna clave no verbal que incluso puede ser un patrón conductual)
  3. El niño se siente incómodo cuando está mojado o cuando se ha hecho popó.

Conclusiones
Esta tarea de instrucción se resumen en los siguientes puntos: alto nivel de motivación, perseverancia, consistencia y esperar.  El amor todo lo puede.
Y si no lo logramos avanzar y después de buen tiempo no hay progresos, entonces conversar con nuestro médico pediatra y terapeutas.  De todas formas es conveniente que ellos estén enterados que nos hemos introducido a este proceso.
Pero es bueno no olvidar el punto de partida.  Para ello llevar apuntes es recomendable.  Puede que pensemos que no hay avances pero al revisar nuestros apuntes nos damos cuenta que si han ocurrido.
¡Adelante!
FUENTE:
https://carlosorellanaayala.com/


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