Cómo ayudar en clase a alumnos con TDAH




Escrito por Keath Low
Traducido por la Dra. Elena Díaz de Guereñu
Texto original en inglés
 aboutcom
Llevarse bien con los compañeros, tener buenos amigos, es importante para todos los niños. Por desgracia, a muchos niños con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) les cuesta hacer amigos y mantenerlos, así como ser aceptados en el grupo. La impulsividad, la hiperactividad y la falta de atención relacionadas con el TDAH pueden causar estragos cuando un niño trata de conectar de una forma positiva con los demás. En otro artículo (en inglés) hemos hablado de cómo las dificultades relacionadas con el TDAH pueden afectar la aceptación social.
No ser aceptada/do por las compañeras/os, sentirse aislada/o, diferente, antipática/o y sola/o; este es quizá el aspecto más doloroso de los problemas relacionados con el TDAH. Son experiencias que tienen efectos duraderos. Las conexiones positivas con los demás son muy importantes. Aunque los niños con TDAH quieren desesperadamente hacer amigos y ser apreciados por el grupo, a menudo no saben cómo. La buena noticia es que puedes ayudar a tu hijo a desarrollar sus habilidades y competencias sociales.

Aumentar la conciencia social de tu hijo

Los estudios indican que los niños con TDAH tienen una percepción muy limitada de su propio comportamiento social. A menudo no comprenden claramente las situaciones sociales o no son conscientes de las reacciones que provocan en otros. Pueden creer, por ejemplo, que un contacto con un compañero ha ido bien, cuando es evidente que no ha sido así. Los problemas relacionados con el TDAH pueden reducir la capacidad de evaluar de forma precisa o “leer” una situación social, autoevaluarse, supervisarse y ajustar lo necesario. Debes enseñar estas habilidades directamente a tu hija/o.

Enseñar directamente las habilidades y practicar, practicar, practicar.

A los niños con TDAH les cuesta aprender de la experiencia. A menudo reaccionan sin pensar en las consecuencias. Una forma de ayudar a estos niños es proporcionarles respuestas inmediatas y frecuentes a su conducta inadecuada o a sus meteduras de pata sociales. El juego de roles puede ser muy útil para enseñar, ejemplificar y practicar habilidades sociales positivas, así como maneras de responder a situaciones difíciles, como burlas.
Céntrate en una o dos áreas, las que son más difíciles para tu hija/o, para que el proceso de aprendizaje no sea demasiado abrumador y tu hija/o tenga más probabilidades de experimentar éxitos. Ten en cuenta que muchos niños con TDAH tienen dificultades con temas básicos, como iniciar y mantener una conversación, o interactuar con otra persona de manera recíproca (por ejemplo, escuchar, preguntar sobre las ideas o los sentimientos de otro niño, participar por turnos en la conversación, o mostrar interés por el otro), negociar y resolver conflictos que puedan surgir, compartir, mantener el espacio personal, e incluso hablar en un tono de voz normal, no demasiado alto.
Identifica claramente y da información a tu hija/o sobre las normas sociales y las conductas que deseas. Practica estas habilidades pro-sociales una y otra vez. Modela los comportamientos positivos mediante recompensas inmediatas.

Crear oportunidades para desarrollar amistades

En edad preescolar y primaria, quedar para jugar supone una magnífica oportunidad para que los padres entrenen y ejemplifiquen formas de interacción positivas con los compañeros de sus hijos y para que el niño practique estas nuevas habilidades. Prepara un rato de juego con tu hija y una o dos amigas (mejor que el grupo no sea mayor). Estructura el tiempo de juego para que tu hija saque el mejor partido. Piensa en cuánto tiempo va a durar la cita para jugar y en qué actividades serán más interesantes para tu hija. Asume el papel del “entrenador de amistad” de tu hija. Puedes aprender más acerca de cómo ser un entrenador de amistad para tu hijo aquí (en inglés).
A medida que el niño crece, las relaciones con los compañeros y las amistades se hacen más complejas, pero es igualmente importante que continúes participando y facilitando las interacciones positivas con compañeros. Los años de ESO y Bachillerato pueden ser brutales para un niño con problemas sociales. Incluso si está marginado en el grupo, tener al menos un buen amigo durante estos años puede protegerle de todos los efectos negativos del ostracismo de sus iguales.
Busca y apúntate a grupos de tu comunidad que fomenten las relaciones positivas entre iguales y el desarrollo de habilidades sociales (Boy Scouts, Girl Scouts, equipos deportivos…). Procura que los líderes de los grupos o los entrenadores conozcan el TDAH y puedan así crear un ambiente positivo y de apoyo para el aprendizaje de habilidades pro-sociales.
Comunícate con el colegio, los entrenadores y otros padres del grupo, para saber cómo le va a tu hijo y con quién pasa el tiempo. El grupo de amigos y sus características ejercen una gran influencia en sus miembros. Un adolescente que ha experimentado aislamiento social y rechazo continuado y tan sólo quiere “pertenecer a algo” puede ser más propenso a juntarse con cualquiera que le acepte, aunque suponga una influencia negativa.

Trabajar con el colegio para mejorar su status en clase

Cuando a un niño se le ha colgado un sambenito por su falta de habilidades sociales, puede ser muy difícil quitarlo. De hecho, la mala fama es tal vez uno de los mayores obstáculos que tu hijo va a tener que superar socialmente. Los estudios indican que el status negativo de los niños con TDAH suele establecerse ya desde la escuela primaria y permanece aunque el niño o la niña vayan mejorando sus habilidades sociales. Por esta razón, puede ser útil que los padres trabajen con profesores y entrenadores para contrarrestarlo.
Los niños pequeños se fijan a menudo en el profesor al formarse sus preferencias sociales. La calidez de una maestra, su paciencia, aceptación y reorientación suave pueden servir como modelo para el grupo y tener efectos sobre el status social del niño. Mantén una colaboración positiva con el maestro de tu hija/o. Compartid sus fortalezas e intereses, así como sus debilidades y las estrategias más eficaces que has descubierto para compensarlas.
Cuando un niño ha sufrido fracasos en clase, es aún más importante que la profesora encuentre formas de atraer una atención positiva sobre él. Una forma de hacerlo es asignarle tareas y responsabilidades especiales ante sus compañeros. Asegúrate de que se trate de responsabilidades en las que pueda tener una sensación de éxito y mejorar su autoestima y aceptación en la clase. De esta forma, también para que los compañeros tengan la oportunidad de ver a tu hijo de una forma positiva y así ayudará a detener el proceso de rechazo. Emparejar al niño con un compañero comprensivo también puede facilitar su aceptación.
No olvides lo básico. Colabora con el profesor para asegurarte de que el ambiente de la clase es lo más “apto para el TDAH” posible, a fin de que tu hija/o pueda manejar mejor los síntomas de su TDAH. Desarrollad conjuntamente criterios de manejo de la conducta, así como de entrenamiento de sus habilidades sociales.
La medicación que se le pueda haber prescrito es útil para reducir las conductas negativas que molestan a los compañeros. Si tu hijo está tomando medicamentos para controlar los síntomas del TDAH, colabora estrechamente con el médico. Para que la medicación proporcione el mayor beneficio posible sobre los síntomas principales del TDAH, hay que supervisarla y ajustarla permanentemente.

FUENTE:http://tdahvitoriagasteiz.com/

 


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