El aprendizaje mantiene el cerebro sano.

El aprendizaje mantiene el cerebro sano.

La actividad mental podría evitar el declive cognitivo debido a la edad.

Neurobiólogos de la universidad UC Irvine han proporcionado la primera evidencia visual de que el aprendizaje promueve la salud cerebral y, por tanto, que la estimulación mental podrían limitar los efectos debilitantes del envejecimiento sobre la memoria y la mente.
Los resultados de este estudio aparecen en la edición en línea de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences la semana del 1 de marzo 2010.
Usando una novedosa técnica de visualización concebida para estudiar la memoria, un equipo de investigadores dirigido por Lulu Chen y Christine Gall encontraron que el aprendizaje diario promueve la activación de los receptores neuronales que ayudan a mantener las células cerebrales funcionando a niveles óptimos.
Estos receptores son activados por una proteína llamada factor neurotrófico derivada del cerebro (brain-derived neurotrophic factor o BDNF), lo cual promueve el crecimiento y la diferenciación de las conexiones, o sinapsis, responsable de la comunicación entre las neuronas. Por lo tanto, BDNF es clave en la formación de recuerdos.
“Los resultados confirman que existe una relación crítica entre el aprendizaje y el crecimiento del cerebro e indican formas en que podemos ampliar esa relación a través de posibles futuros tratamientos”, comenta la Dra. Chen, una investigadora que trabaja en anatomía y neurobiología.
Además de descubrir que la actividad cerebral pone en marcha la señalización de BDNF en los lugares donde las neuronas desarrollan las sinapsis, los investigadores determinaron que este proceso está vinculado a los ritmos de aprendizaje , llamados ritmos theta, vitales para la codificación de nuevos recuerdos.
Los ritmos theta se producen en las neuronas del hipocampo e implican numerosas activaciones neuronales de forma simultánea, con una tasa de tres a ocho veces por segundo. Estos ritmos han sido asociados con la potenciación a largo plazo, un mecanismo celular subyacente de aprendizaje y memoria.
En estudios con roedores, el equipo encontró que tanto el aprendizaje sin supervisión como la aplicación artificial de ritmos theta disparaba la señalización de BDNF en los sitios de creación de sinapsis.
“Esta relación tiene consecuencias para el mantenimiento de una buena salud del cerebro”, comenta la Dra. Gall, profesora de anatomía y neurobiología. ”Hay pruebas de que los ritmos theta se debilitan a medida que envejecemos, y nuestros descubrimientos sugieren que esto puede provocar la pérdida de memoria. Por otra parte, sugieren que mantenerse mentalmente activo a medida que envejecemos puede mantener la señalización de BDNF a una tasa constante, lo que puede limitar el deterioro cognitivo y la pérdida de memoria “.
Los investigadores ahora están explorando si el aprendizaje inducido por las señales de crecimiento disminuye con la edad y, de ser así, si esto se puede revertir con una nueva familia de fármacos experimentales.
Fuente:Neuro-Blog

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