¿Por qué es bueno el aburrimiento en la infancia?

Vivimos en una época definida por el avance de la tecnología y por el altísimo nivel de estimulaciones recibidas por el cerebro. Los niños también están inmersos en este período, crecen con la ciencia y las pantallas, con toda la información y el entretenimiento que tienen a su alcance.

Los adultos de cierta edad recordamos cuando éramos niños que a la hora del entretenimiento sólo había una posibilidad, la televisión. A una hora concreta y un programa único, no había más dónde elegir, ni en otro momento, ni siquiera en otro sitio. Hoy en día, los niños y jóvenes pueden elegir entre ver la televisión, el ordenador, el móvil, la tableta u otros aparatos. Además, no sólo un programa o una la película, serie o juego, sino también, decidir a qué hora y en el formato que sea. Tampoco es necesario que estén en casa; pueden estar en el transporte público, en el coche o en casa de los abuelos.

De este modo, cuando existe una posibilidad de que, los niños se aburran, se activan en muchos casos, todas estas posibilidades. Este funcionamiento hace que el aburrimiento sea ocasional o esporádico, y cuando está ahí, el niño busca este nivel de estimulaciones en las posibilidades que tiene a su alcance.

¿Cuáles pueden ser los beneficios del aburrimiento?

Cuando hay aburrimiento por falta de estímulos y, por falta de juguetes al alcance, muchos de los niños tienen tiempo y esto, puede presentarse, como una oportunidad para desarrollar otras habilidades.

El tiempo sin estructurar: ¿Qué hago ahora?, es un tiempo clave para mejorar el desarrollo de algunas habilidades, relacionadas con el juego, como la imaginación y el simbolismo. Este espacio "vacío" da la posibilidad de que los niños puedan coger un pedazo de madera para transformarlo en un avión o utilizar un palo para utilizarlo como espada y crear juegos de ficción.

Algunos estudios muestran que, cuando hay poco estímulo, los niños se implican más en el juego activo (juegos con actividad física) para evitar el aburrimiento, como juegos de esconderse, perseguirse, explorar y que comporten correr, saltar, caminar... con los beneficios que implica moverse y evitar el sedentarismo. En algunos casos, los niños que se aburren deciden poner en marcha la imitación: jugar a juegos de rol, reproducen lo que han visto hacer a los adultos como "bañar al muñeco", "cocinar una tarta" o "dar una lección como lo hace la maestra".

El aburrimiento en cierto modo puede estimular el desarrollo cognitivo durante la infancia. La motivación por dejar de aburrirse es el impulso para que el niño empiece a utilizar sus habilidades motrices, para conocer su entorno, desarrollar la capacidad de resolver problemas o la creatividad.

Una implicación clave es tener que gestionar un estado negativo, a nadie le gusta aburrirse o ver cómo los hijos están cansados o decepcionados. La mayoría de los padres intentan evitar el malestar, pero en el caso del aburrimiento se trata de retrasar la gratificación inmediata, lo que mejora la tolerancia a la frustración, la reflexión y aprender a buscar nuevos incentivos.

Que los niños se aburran es un reto para los padres, demasiado puede generar malestar o conductas negativas, pero un pequeño paréntesis de aburrimiento es imprescindible para mejorar el desarrollo de algunas capacidades cognitivas y emocionales.

 

Acceso a las fuentes de consulta:

  • Brockman, R., Jago, R., & Fox, K. R. (2011). Children's active play: self-reported motivators, barriers and facilitators. BMC public health11, 1-7.
  • Caldwell, L.L., Darling, N., Payne, L. y Dowdy, B. (1999). “Why are you bored?” An examination of psychological and social control causes of boredom among adolescents. Journal of Leisure Research, 31(2), 103-121
  • Goldberg, Y. K., Eastwood, J. D., LaGuardia, J., & Danckert, J. (2011). Boredom: An emotional experience distinct from apathy, anhedonia, or depression. Journal of Social and Clinical Psychology30(6), 647-666.

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