La gratitud es una de muchas emociones positivas. Se trata de centrarse en las cosas buenas de nuestras vidas y dar gracias por lo que tenemos. Te contamos por qué es fuente de felicidad y cómo fomentarla en los niños.
Hay dos clases de gratitud: la condicional y la incondicional. La primera consiste en sentirse bien cuando las cosas salen como uno espera. Como no siempre es así, acaba siendo una emoción esquiva y poco duradera. La segunda consiste en una actitud y un hábito de vida, sentirse bien sin que haya ocurrido nada especial; es decir: estar agradecido por todo y por nada a la vez. Y al no estar condicionada por ningún otro acontecimiento, esta actitud es la precursora de la felicidad y el éxito personal en la vida. (Fuente: El País)
La gratitud es detenerse para tomar conciencia y valorar las cosas que solemos dar por sentadas.
por ejemplo, tener un lugar donde vivir, comida, agua potable, amigos, familia e, incluso, acceso a la computadora. Es tomarse un momento para reflexionar lo afortunados que somos cuando algo bueno ocurre, ya sea importante o intrascendente.
Por qué es importante la gratitud
Las investigaciones del cerebro muestran que las emociones positivas son buenas para nuestro cuerpo y nuestra mente.
- Las emociones positivas nos permiten ver más posibilidades y asimilar más información. Refuerzan nuestra capacidad de desarrollar aptitudes, aprender y tomar buenas decisiones.
- Las emociones positivas compensan las negativas. Las personas que a menudo sienten gratitud y son agradecidas son más felices, están menos estresadas y menos deprimidas.
- Generalmente, una emoción positiva lleva a la otra.Cuando nos sentimos agradecidos, también podemos estar felices, tranquilos, alegres o contentos.
- La gratitud puede contribuir a las acciones positivas.Cuando sentimos gratitud por los gestos de amabilidad de una persona para con nosotros, es más probable que, en agradecimiento, seamos amables. Además, la gratitud puede tener un efecto positivo en las acciones de otras personas. Darle las gracias a las personas puede aumentar las probabilidades de que ellas repitan sus gestos de amabilidad.
- La gratitud nos ayuda a construir mejores relaciones.Cuando sentimos y expresamos gratitud y reconocimiento sinceros a nuestros allegados, esto genera lazos cariñosos y confianza, y ayuda a que se sienta más cerca.
Cuando nos habituamos a sentir gratitud y ser agradecidos, aumenta nuestra conciencia sobre las cosas buenas cuando estas ocurren. Ese enfoque de gratitud tiene efectos positivos en nuestro estado de ánimo.
Cuentos para fomentarla
1.Diario de Gratitud. Cristina Nuñéz Peira
El Diario de la gratitud es un libro-cuaderno en el que puedes escribir lo que sientes cada día y, también, qué motivos has encontrado para estar agradecido. Contiene, además, una animación gráfica y ochenta y cinco frases motivadoras.
2. El ciempiés bailarín. Begoña Ibarrola
En el campo vivían muchos animales, que eran muy buenos amigos.El ciempiés era un gran bailarín y, un día, el temible sapo pidió al ciempiés que bailara en su fiesta. Un cuento sobre la gratitud que incluye una ficha para padres.
3. Las hadas nos hablan de gratitud. Rosa M.Curto
La protagonista de este cuento, el hada Raclet, siempre encuentra un motivo para estar disgustada, sin embargo, sus amigas le hacen ver que existen muchas razones para ser feliz y estar agradecida. Con este libro, que incluye unas ilustraciones muy simpáticas, los niños podrán aprender el valor de la gratitud y descubrir el mundo mágico de las hadas y la naturaleza.
4. Aventuras de una gota de agua. Begoña Ibarrola
Esta es la historia de una gota de agua que había vivido mucho tiempo bajo tierra y un buen día sintió muchas ganas de salir a ver la luz. Acompaña a la gota de agua en sus aventuras.
Reto ” 7 días de Gratitud”
Enseñar a los niños una actitud de gratitud requiere ayudarlos a ver sus situaciones desde un punto de apreciación y no desde un déficit. ¿Cómo nosotros, como padres o educadores, enseñamos a los niños una habilidad tan abstracta? Os proponemos que una vez leídos los cuentos ó alguno de ellos practiquéis durante 7 días con estas actividades.
- Día 1. Reflexionemos hoy fue un buen día por…
- Día 2. Frasco de la Gratitud. El Frasco de Gratitud es una actividad divertida, artística, y práctica para que los niños
practiquen la gratitud. En esta actividad, cada niño creará un frasco especial donde guardará las declaraciones de gratitud al fin del día. Una declaración de gratitud reconoce algo que una persona aprecia o agradece. Les pediremos que escriban tres declaraciones de gratitud , podemos hablar sobre ellas y después las pondremos en el frasco una manera genial de ver físcamente cuántas cosas tenemos de las que sentirnos agradecidos, te recomiendo hacerlo al final del día. - Día 3. Escribe cartas de gratitud. Escribe una carta de gratitud a aquellas personas que han significado algo en tu vida, un amigo que te ayudó en un momento triste, alguien que te hace reír a menudo, quien te conoce sólo con mirarte, aquellos que te hacen sentir querido…
- Día 4. El paseo de la gratitud. Hagamos un paseo de gratitud, mientras caminamos, busquemos los placeres simples del día, como el sol cálido o el canto de los pájaros, y expresemos su aprecio por ellos. Aproveche este tiempo para preguntar a sus hijos por qué están agradecidos.
- Día 5. Ayuda a alguien. Ayuda a alguien que lo necesite, puede ser un amigo, los padres, abuelos, trabajo de voluntariado… planifica actividades durante la semana para ayudar a los demás.
- Día 6. Agradecido de ser quien soy. El último día del reto, escríbe un listado de motivos por los que das las gracias de ser quien eres.
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