La ansiedad social y las dificultades de aprendizaje y de atención



Por Jerome Schultz, Ph.D.

De un vistazo
  • La ansiedad social es un tipo de ansiedad que surge cuando se pide a niños o adultos que piensen en situaciones sociales o participen en ellas.
  • Las dificultades de aprendizaje y de atención pueden jugar un papel importante en la ansiedad social.
  • Hay muchas cosas que los padres y los maestros pueden hacer para ayudar a los chicos que tienen ansiedad social.
Sara tiene doce años y dice que quiere ser amiga de dos niñas de su clase, pero se “paraliza” cada vez que ellas le piden que se integre al grupo.
Roberto tiene ocho años y no se ha acercado a la cancha de baloncesto desde hace un mes, justo después de que un niño le gritara: “¡No puedo creer que fallaste ese tiro. Era muy fácil!”.
A Graciela, que tiene 15 años, le gusta construir cosas y puede pasar horas en su habitación haciendo juguetes mecánicos. La invitaron a unirse al Club de Robótica, pero se niega rotundamente a ir.
¿Alguno de estos chicos se parece a su hijo? Si es así, esto es común. Muchos niños y adultos se preocupan demasiado de las interacciones sociales. Esto es particularmente evidente durante la adolescencia.
La ansiedad social no se limita a evitar actividades que parecen divertidas. También puede estar jugando un rol importante cuando los niños se niegan a ir a la escuela. Averigüe qué es el trastorno de ansiedad, cómo contribuyen las dificultades de aprendizaje y de atención, y qué puede hacer para ayudar.

¿Qué es el trastorno de ansiedad social?

El trastorno de ansiedad social es un tipo de ansiedad que se genera cuando se pide a niños o adultos que piensen en situaciones sociales o participen en ellas. Es mucho más que la timidez. Es un temor intenso que dificulta hacer amistades y disfrutar la compañía de otras personas.
Los chicos con este tipo de ansiedad temen ser criticados en situaciones sociales, y puede que únicamente se sientan cómodos con personas que conocen muy bien.
La ansiedad social es parecida a la ansiedad por separación, pero le sucede a chicos mayores y adultos. Los niños pequeños temen alejarse de sus cuidadores porque los necesitan para sobrevivir. La ansiedad social es similar. “Algo peligroso podría ocurrir si salgo de casa. Si hablo con ese chico, terminará mal”.
La ansiedad social también puede agravarse. Supongamos que su hijo está ansioso porque tiene que asistir a la fiesta de cumpleaños de uno de sus compañeros. Usted podría pensar que está bien que no vaya. Sin embargo, su hijo perderá la oportunidad de desarrollar habilidades sociales que necesitará la próxima vez que sea invitado a una fiesta.
Los chicos que se preocupan de cometer errores sociales puede que eviten ir a lugares donde podrían aprender reglas sociales o cómo actuar en presencia de otros. Así es como la ansiedad social puede convertirse en un ciclo vicioso.

La conexión con las dificultades de aprendizaje y de atención

Los chicos con dificultades de aprendizaje y de atención pueden tener problemas durante interacciones sociales no estructuradas. Pueden confundirse con palabras que las personas emplean, y malinterpretar el lenguaje corporal u otras pistas sociales sutiles.
Como resultado, pueden sentirse ansiosos y alejarse de la situación. Esto es ansiedad social, pero es causada (o empeora) por las dificultades de aprendizaje y de atención subyacentes. Le mostramos varios ejemplos:
  • TDAH: Un niño puede decir algo inapropiado. Una reacción negativa de sus compañeros puede causar que ese niño empiece a evitar las conversaciones en grupo.
  • Dislexia: Un niño puede tratar de evitar leer en voz alta en clase, a través de pedir ir al baño o a la enfermería. Abandonar el aula reforzará el miedo de leer en voz alta. Mientras más tiempo pasen los chicos que tienen dificultades de aprendizaje y de atención sin intervenciones efectivas de lectura, más probable será que desarrollen ansiedad social.
Cada vez que los chicos se encuentran en situaciones donde creen que fallarán, su cerebro lo interpreta como una amenaza y dice: “Alejémonos de aquí”. Se activa el centro del miedo y, como consecuencia, se apaga la parte de sus cerebros que controla las funciones ejecutivas. Las habilidades de la función ejecutiva se inhiben ante el miedo y pierden eficacia.

Cómo ayudar a su hijo con ansiedad social

Si usted está cocinando y el sartén comienza a incendiarse, lo retira de la estufa. Usted quiere alejar a su hijo de la crisis porque quiere desactivar su centro del miedo. Pero debe hacerlo de forma limitada para que su hijo no aprenda que no hacer nada es la mejor manera de sentirse menos ansioso.
Estas son algunas recomendaciones para ayudar a los chicos a controlar la ansiedad social.
No permita que su hijo oprima el botón de escape. Si su hijo está muy ansioso en una situación social, ayúdelo a retirarse para que piense en estrategias. No acceda a que regresen a casa. Rescatarlo no lo ayudará a enfrentar la situación la próxima vez. En lugar de irse es mejor que se siente aparte y observe.
Piense en maneras de lograr que su hijo “se suba al escenario”. Por ejemplo, si usted sabe que su hijo se siente ansioso al hablar en clase, pida al maestro que envíe la pregunta a casa para que su hijo pueda practicar la respuesta.
Para los reportes orales, pregunte al maestro si su hijo puede hacer un video en casa o quizá manejar marionetas detrás de una cortina. (Este tipo de opciones se están volviendo más frecuentes a medida que aumenta el número de maestros que utilizan el diseño universal para el aprendizaje para aumentar la participación estudiantil).
Desarrolle “refuerzos” sociales. Al asistir a una fiesta o a una clase nueva de karate, lleve a varios de sus compañeros para que su hijo entre acompañado de un amigo. Para los proyectos escolares pida al maestro que agrupe a su hijo con un amigo que pueda responder preguntas como qué llevar o qué ponerse. Contar con un amigo puede ayudarlo a que perciba los eventos de manera menos amenazante.
Haga un plan para el almuerzo y el recreo. En situaciones que no son estructuradas, los chicos inventan reglas y puede que su hijo tenga mucha dificultad para entender el entorno. Trabaje con los maestros y el personal escolar en ayudar a su hijo a manejar la ansiedad social durante esos momentos del día que son menos estructurados. No lo deje al azar. Sin un plan, su hijo probablemente tendrá más fracasos que logros y el problema puede agravarse.
Haga plan para los dolores de cabeza y estómago. Tenga en cuenta que los dolores físicos pueden ser la manera en que su hijo evite algo que lo atemoriza. Pida detalles para que pueda ayudarlo a idear estrategias. Por ejemplo, podría preguntar: “¿Qué puede ayudarte ahora a que te sientas mejor?”.
Establezca límites firmes. Por ejemplo: “No puedes quedarte en casa a menos que tengas fiebre”, o “quizás un descanso te ayudará a sentirte mejor. Puedes tomarte un descanso de diez minutos, pero después tendrás que ocuparte de lo que estabas haciendo”. También puede beneficiar pedirle que evalúe el nivel de dificultad de la tarea. Esto puede ayudar a que usted sepa si la resistencia se debe a que su hijo piense que es demasiado difícil.
Conviértase en detective. No es razonable esperar que su hijo responda a preguntas generales como: “¿Qué te preocupa tanto?”. Intente profundizar. ¿Qué es lo peor que pudiera ocurrir en la fiesta? ¿Te preocupa ver a alguien en particular?”. “Sí, esas niñas se están riendo”. “¿Cómo puedes estar seguro de que se están riendo de ti? ¿Por qué no te acercas y escuchas si es verdad? Si tienes razón, quizá yo te pueda ayudar”.
Siempre hay una historia detrás de la ansiedad social, siempre hay un motivo. Hacer preguntas puede ayudarle a entender cómo percibe su hijo las exigencias de la socialización. Mientras mejor entienda las preocupaciones sociales de su hijo, más podrá ayudarlo a desarrollar un plan para salir adelante.
Considere buscar un terapeuta. A menudo la terapia cognitiva-conductual ayuda a los chicos a “sustituir” pensamientos negativos por otros que ayuden a reducir la ansiedad social.
Conozca más acerca de cuándo y cómo intervenir en los problemas sociales en la escuela. Descargue un registro de la ansiedad que facilite que usted observe patrones de conducta en su hijo y encuentre estrategias para ayudarlo. También puede revisar Entrenamiento para padres en donde encontrará recomendaciones para las dificultades sociales, emocionales y de conducta, incluyendo cómo ayudar a su hijo a controlar la ansiedad y el miedo.

Puntos clave


  • La ansiedad social puede ser un factor importante cuando los niños no quieren ir a la escuela o participar en juegos.
  • Es importante hacer un plan para ayudar a lo niños en situaciones sociales no estructuradas, como el almuerzo y el recreo.
  • Mientras más entienda el temor de su hijo ante las situaciones sociales, mejor podrá ayudarlo a desarrollar un plan para superarlo.
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