No existe una dislexia idéntica, sino tantas dislexias como personas que la tienen.
La dislexia es un término que hace referencia a un patrón de dificultades de aprendizaje caracterizado por problemas en el reconocimiento de palabras de forma precisa o fluida, el deletreo y poca capacidad ortográfica.
Los principales manuales diagnósticos tienden a definir la dislexia de manera genérica, para facilitar su diagnóstico y tratamiento, refiriéndose normalmente a la dislexia evolutiva o del desarrollo, que suele ser detectada en niños en edad escolar. Así, por ejemplo, la dislexia queda recogida en el DSM-V como una dificultad específica de aprendizaje con dificultades en la lectura y la escritura.
Estas dificultades se pueden clasificar en función de sus causas así como en función de su gravedad. Veámos algunos ejemplos.
¿Cuántos tipos de dislexia existen?
A grandes rasgos, en la literatura podemos encontrar dos tipos de dislexia: dislexia del desarrollo y dislexia adquirida. La dislexia del desarrollo es el tipo de dislexia más conocido. Se trata de un trastorno de origen neurológico que aparece durante el desarrollo infantil, en ausencia de lesión cerebral. Por el contrario, en la dislexia adquirida las dificultades en el lenguaje (en la lecto-escritura) aparecen como consecuencia de un trauma o lesión cerebral, pudiendo manifestarse en cualquier momento de la vida de una persona. Sería el caso de los adultos que no tuvieron dislexia de niños.
Por otro lado, los síntomas de dislexia presentarán diferentes características y producirán distintos tipos de errores en función de la ruta de procesamiento léxico afectada: fonológica o visual. Para entenderlo, cuando leemos una palabra conocida asociamos una imagen con un sonido y no necesitamos interpretar la regla de pronunciación que hay detrás. Ahí estaremos utilizando la ruta visual. Sería casi como asociar un dibujo a un sonido. En cambio, cuando leemos una palabra desconocida necesitamos utilizar las reglas de pronunciación de nuestra lengua a través de la decodificación fonológica. Sabemos que el sonido de la “r” más el sonido de la “a”, forman el sonido “ra”. Véamos la diferencia.
Dislexia fonológica
Se corresponde con el mal funcionamiento de la ruta fonológica, indirecta o auditiva, la cual se encarga de la conversión grafema-fonema para acceder al léxico. Dicho de otra manera, su función es conectar las letras con su sonido correspondiente. En la actualidad se trata de la explicación que cuenta con un mayor apoyo de los expertos a la hora de explicar los síntomas de la dislexia.
Cuando existe un déficit en la ruta fonológica, será difícil decodificar palabras desconocidas para la persona. Aparecerán dificultades en la lectura de palabras largas y poco frecuentes, así como las pseudopalabras, donde cometen errores visuales que provocan lexicalizaciones, es decir, leen “luta” cuando pone “lupa”. También presentarán errores morfológicos en los que conservan la raíz de las palabras pero cometen fallos en la derivación de los morfemas, así como un mayor número de errores en la lectura de las palabras función que en aquellas que expresan contenido.
Superficial
En este caso se produce un mal funcionamiento en la ruta visual o directa. La ruta visual es aquella en la que no dividimos las palabras en partes, sino que leemos de manera global. Si esta ruta está afectada tendremos dificultades a la hora de leer palabras irregulares, es decir, aquellas palabras que no se corresponden con la normativa de pronunciación de una lengua concreta.
Las lenguas tienen diferente grado de transparencia. Por ejemplo, el español se considera una lengua muy transparente porque su pronunciación tiene reglas muy regulares: se pronuncia como se escribe. El inglés, en cambio, es una lengua menos transparente.
Esta ruta puede explicar por qué se encuentran tasas de dislexia más altas en los países con lenguas menos transparentes, como es el caso del inglés.
Mixta o profunda
En este caso, el déficit se produce en ambas rutas, tanto la fonológica como la visual. Una manifestación característica de este tipo de dislexia, aparte de los errores que se cometen en los otros dos tipos de dislexia, son los errores semánticos. Esto ocurre cuando al leer se sustituye una palabra por otra que no tiene ningún parecido visual pero sí semántico (de significado).
¿Se puede medir la dislexia en diferentes grados?
Además, la dislexia también puede clasificarse en función del grado de afectación. El DSM-V señala la importancia de hacer la distinción entre afectación leve, moderada y grave.
Leve
Presenta algunas dificultades relacionadas con las aptitudes de aprendizaje en una o dos áreas académicas pero suficientemente leves para que pueda compensarlas con los apoyos adecuados o cuando se aplican adaptaciones adecuadas en el ámbito escolar.
Moderada
Presenta dificultades notables en las aptitudes de aprendizaje en una o más áreas académicas, de manera que el individuo tiene pocas probabilidades de llegar a ser competente en el ámbito académico si no tiene apoyos intensivos y adaptaciones durante toda la edad escolar.
Grave
Dificultades graves en las aptitudes de aprendizaje que afectan a varias áreas académicas, de manera que el individuo tiene pocas probabilidades de desarrollar esas aptitudes sin una enseñanza constante, específica, individualizada e intensiva durante toda la edad escolar. Además, necesitará adaptaciones curriculares y servicios de apoyo en casa, en la escuela y en el trabajo, porque el individuo puede no ser capaz de realizar con eficacia algunas actividades.
¿Qué ejercicios podemos realizar para tratar los diferentes tipos de dislexia?
Conocer los diferentes tipos de dislexia nos ayuda a diseñar actividades de tratamiento especialmente diseñadas para cada tipo, incidiendo en los errores específicos que se cometen en cada caso.
En breve compartiremos un nuevo post con ejercicios para la dislexia.
Ver también:
¿Quieres saber si tienes riesgo de tener dislexia?
Síntomas de dislexia por edades
Cómo es tener dislexia siendo adulto
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