En los últimos años se ha incrementado notablemente la preocupación de educadores y psicólogos por abordar el aprendizaje y el conocimiento desde la perspectiva de una participación activa de los sujetos que aprenden, cuyo eje básico lo constituyen: la reflexividad, la autoconciencia y el autocontrol. En este contexto, se hace cada vez más necesario que niños, adolescentes y jóvenes mejoren sus potencialidades a través del sistema educativo formal “aprendiendo a aprender” y “aprendiendo a pensar”, de manera tal que, junto con construir un aprendizaje de mejor calidad, éste trascienda más allá de las aulas y les permita resolver situaciones cotidianas; en otras palabras, se trata de lograr que los estudiantes sean capaces de autodirigir su aprendizaje y transferirlo a otros ámbitos de su vida.
Para lograr los objetivos de “aprender a aprender” y “aprender a pensar”, en los últimos años se ha revelado como especialmente eficaz la formación de los educandos en la adquisición y utilización oportuna de estrategias de aprendizaje cognitivas, entre las cuales se destacan las orientadas al autoaprendizaje y al desarrollo de las habilidades metacognitivas. John Flavell, es considerado el padre del término metacognición, y la define como el control que tiene la persona de sus destrezas y procesos cognitivos y la habilidad para darse cuenta de estos. Se trata de un proceso mental por el que tomamos conciencia de lo que vamos aprendiendo, y por tanto, nos permite aprender a aprender.
La relevancia que tiene el desarrollo de la metacognición en el proceso de educación formal desde las teorías actuales sobre el aprendizaje, es indiscutible. Es por tanto fundamental involucrar a las familias en dicho proceso, puesto que son los llamados a fortalecer aquellas habilidades que el niño, niña o joven está desarrollando, poniéndolas en práctica una y otra vez. El siguiente artículo pretende justamente ser un insumo que facilite a los docentes una manera de explicar el proceso de metacognición y las bondades que tiene para quien la desarrolla, dirigido especialmente a los padres, quienes son los primeros interesados en que sus hijos e hijas desarrollen habilidades que les sirvan para enfrentar de mejor manera los desafíos que le depara su vida.
¿Qué es la metacognición y cómo funciona?
“El pensamiento metacognitivo nos enseña sobre nosotros mismos”, dice Tamara Rosier, entrenadora de aprendizaje que se especializa en técnicas metacognitivas. “Reflexionar sobre nuestros pensamientos crea perspectiva; perspectiva que deja espacio para el cambio”.
“El pensamiento metacognitivo nos enseña sobre nosotros mismos”, dice Tamara Rosier, entrenadora de aprendizaje que se especializa en técnicas metacognitivas. “Reflexionar sobre nuestros pensamientos crea perspectiva; perspectiva que deja espacio para el cambio”.
Ella da un ejemplo: “En lugar de decir, ‘Los exámenes de matemáticas me ponen ansioso’, nos preguntamos ‘¿Qué pasa con los exámenes de matemáticas que me hacen sentir ansioso, y qué puedo hacer para cambiar eso?’”.
Los niños a los que se les enseña a pensar que son “buenos” o “malos” en una tarea en particular pueden tener una mentalidad fija que los haga pasivos al enfrentar un desafío: o pueden hacerlo o no pueden. Es muy probable que piensen que no pueden cambiar ese resultado.
Enseñar a los niños a ser más metacognitivos les ayuda a pasar de una mentalidad que deja poco espacio para el cambio, a una mentalidad que promueve la autoconciencia y la capacidad de recuperación.
¿Cómo fomentar la metacognición?
¿Cómo ayudar a su hijo a comenzar a ser más metacognitivo? Las preguntas metacognitivas, dice Rosier, ayudarán a su hijo a comenzar a pensar de una manera más reflexiva. Las preguntas deben ser:
¿Cómo ayudar a su hijo a comenzar a ser más metacognitivo? Las preguntas metacognitivas, dice Rosier, ayudarán a su hijo a comenzar a pensar de una manera más reflexiva. Las preguntas deben ser:
Abiertas. Dele a su hijo algo de espacio para reflexionar sobre su pensamiento: ¿Me puedes decir más sobre por qué piensas esto?
No culpar. Puede ser difícil mantenerse abierto cuando los niños están comportándose mal, pero pedirles que piensen sobre su comportamiento puede ayudarlos a aprender a manejar las situaciones difíciles de una mejor manera: ¿por qué crees que te molestaste tanto cuando papá cambió el canal?
Enfoque en la solución. Anímelo a que piense cómo puede usar su comprensión para cambiar las cosas en el futuro: ¿Cómo podrías manejar eso de manera diferente la próxima vez?
Orientado al proceso. Haga preguntas que ayuden a su hijo a tener una mejor idea de cómo funciona su proceso de pensamiento: ¿Cómo sabrás cuándo terminarás este dibujo?
Jacobson, Rae (sin fecha) Metacognición: cómo puede ayudar a los niños reflexionar sobre los pensamientos. Sitio web Child Mind Institute, versión en español. Recuperado de childmind.org
El dibujo es de Agustín Ramos Pérez
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