Funciones ejecutivas y problemas de aprendizaje



Cada vez más estudios demuestran la dependencia que el éxito académico tiene del correcto funcionamiento de las Funciones Ejecutivas. Es habitual encontrarnos con estudiantes que, a pesar de tener las capacidades necesarias para ser brillantes en la adquisición de contenidos, no lo son tanto a la hora de acceder, organizar y/o priorizar información para dar con las respuestas correctas.

Leer, escribir, resolver problemas matemáticos, están afectados por la memoria de trabajo, la flexibilidad cognitiva o la inhibición entre otras funciones ejecutivas.
La memoria de trabajo está íntimamente relacionada con las matemáticas y también es clave en la comprensión lectora o en la expresión tanto escrita como oral. Una pobre memoria de trabajo hace que se olviden las instrucciones o los números para realizar un cálculo.
Una  velocidad de procesamiento de la información lenta hace que se requiera más tiempo para absorber la información y dar una respuesta, ya sea verbal o escrita. Esto no significa que se sea más o menos inteligente, sino sencillamente que se necesita más tiempo para interpretar la información que llega y dar una respuesta.
Deberíamos estar atentos para detectar síntomas de una posible disfunción ejecutiva lo más precozmente posible, de modo que  las dificultades no creen un efecto de bola de nieve.
Algunos signos de alarma relacionados con un mal funcionamiento ejecutivo serían:
  • Dificultades para saber cómo comenzar una tarea.
  • Dificultades para enfocarse en todos los detalles y tener una visión general.
  • Dificultades para calcular el tiempo que se precisa para realizar una tarea.
  • Hacer las cosas rápido, pero con muchos descuidos, o hacerlas lentamente pero de forma incompleta o mal.
  • Continuar con su planificación aunque esta no funcione.
  • Dificultades para centrar la atención, distraerse fácilmente.
  • Dificultades para recordar lo que están contando o haciendo si se les interrumpe.
  • Problemas al recordar y seguir instrucciones.
  • Dificultades para tomar decisiones.
  • Dificultades para cambiar de una actividad a otra.
  • Dificultades para pensar o hacer más de una cosa a la vez.
  • Dar respuestas erróneas por falta de reflexión.
  • Respuestas erróneas por deficiente procesamiento de la información.
  • Mostrar desorden y falta de limpieza en la tarea.
  • Ausencia de corrección de los errores en las actividades por falta de revisión.
  • Falta de flexibilidad ante la resolución de problemas.
  • No terminar lo que se empieza.
  • No pensar antes de actuar o hablar.
La evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas nos permite detectar aquellas que están afectadas y que por tanto están interfiriendo negativamente con el proceso de aprendizaje. A su vez, esta evaluación nos servirá de guía para desarrollar el programa de intervención necesario para cada caso particular.
Paqui Moreno. Psicóloga y Coordinadora de Funciones Cerebrales Superiores en Red Cenit Valencia
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