
¿Qué técnicas de estudio son realmente eficientes?
No solo importa estudiar. La forma y los métodos que
utilizamos pueden marcar una gran diferencia.
Las técnicas de estudio son uno de los aspectos más
comentados y debatidos en el sector educativo. Durante años se han promovido
los resúmenes, subrayar los apuntes, realizar boletines de ejercicios, etc. En
muchos casos, esos métodos resultan realmente efectivos, pero generalizar la
metodología de estudio es un completo error. Lo que sí es más sencillo
encontrar son unos patrones comunes que favorecen a un mejor estudio y a un
mejor aprendizaje, los cuales también se pueden adjuntar dentro de “técnicas de
estudio”.
Por ejemplo: según un estudio realizado en Ken State
University y liderado por John Dunlosky, las técnicas de estudio más efectivas
que podemos adoptar para mejorar nuestro aprendizaje son dos:
◾Practicar con exámenes.
Los boletines de ejercicios proporcionados por los profesores
siempre son realmente útiles para practicar y, en algunos casos, para ir más
allá. Pero los ejercicios que realmente exprimen el potencial de un alumno y
permiten mejorar el aprendizaje —y, por tanto, superar la prueba—, son aquellos
que encontramos en los exámenes de la asignatura.
◾Distribuir el tiempo de estudio de forma eficiente.
Los estudiantes, por inercia, tienden a comenzar el estudio
en las fechas próximas a los exámenes. En cambio, el estudio realizado por John
Dunlosky afirma que una técnica de estudio realmente efectiva es el
fraccionamiento del estudio y del aprendizaje a lo largo del
semestre/trimestre, asimilando así los conceptos de una forma mucho mejor y
logrando, por lo general, mejores resultados que en el resto de casos.
El mismo estudio realizado por John Dunlosky afirma que técnicas
tan comunes como releer, resumir y subrayar los aspectos más importantes
retornan un beneficio mínimo al alumno. Lo que realmente aporta beneficio es la
puesta en práctica de los conocimientos y, más concretamente, la puesta en
práctica en base a tests y exámenes.
Este estudio también ha observado otras técnicas de estudio
como:
◾La autointerrogación: preguntarse a sí mismo
por qué ocurre un suceso y tratar de explicarlo de la forma más detallada
posible.
◾Mezcla de ejercicios: consiste en alternar
diferentes tipos de ejercicios y materias con el objetivo de mantener el
cerebro despierto y evitar el cansancio o la monotonía.
◾Autoexplicación y relación de conceptos: relacionar
conceptos ya aprendidos con los nuevos, creando así estructuras conceptuales
más complejas pero a la vez más sólidas.
Estas tres técnicas de estudio han mostrado mejores
resultados que las clásicas citadas anteriormente, favoreciendo considerablemente
el aprendizaje. No obstante, se mantienen por detrás de la distribución
temporal del contenido y de los ejercicios prácticos.
Además de estas técnicas de estudio, los expertos sostienen
la importancia del “cómo se estudia”, un aspecto que puede marcar la
diferencia en el rendimiento de un estudiante. Respecto a esto, los
expertos suelen recomendar lo siguiente:
◾Realizar pausas con frecuencia.
Y no se refieren a parar cada cinco minutos para revisar las
notificaciones del teléfono móvil. Los expertos aseguran que dividir el estudio
en intervalos cortos de tiempo utilizando métodos como el Pomodoro puede ayudar
a evitar la monotonía y el cansancio, dos de los mayores enemigos de la
concentración y la productividad.
◾Rutina.
Adoptar una rutina de estudio y trabajo puede ser de gran
utilidad. No en cuanto a los métodos de trabajo y estudio (los cuales sí deben
ser dinámicos), sino en cuanto a los momentos previos y posteriores. Eso ayuda
al cerebro a ir adentrándose en la dinámica de trabajo de forma progresiva.
Para comprobar esto, hagan una sencilla prueba: intenten estudiar o trabajar
desde la cama recién levantados. Seguro que resultan menos productivos al final
del día que si siguen una rutina que les vaya sumergiendo en la dinámica de
trabajo poco a poco.
◾Evitar distracciones durante los primeros minutos.
Los primeros minutos
de estudio y trabajo siempre suelen ser los más complejos. Durante esos minutos
solemos distraernos con mayor facilidad ya que los índices de concentración
están aún muy bajos. Por ello, para facilitar la inmersión en una dinámica de
trabajo efectiva, lo más recomendable es eliminar cualquier tipo de distracción
(teléfono móvil, música, etc.) durante los primeros minutos.
◾Autoevaluaciones periódicas.
De nada sirve estudiar la ecuación de Bernoulli durante una
semana y no volver a utilizarla hasta seis meses después, cuando nos
aproximamos al examen. La autoevaluación continúa es una técnica de estudio
realmente útil para conservar los conceptos con el paso del tiempo.
◾Mantener un ambiente fijo y ordenado.
Mantener un mismo ambiente de estudio es esencial. Nuestro
cerebro basa muchas de sus acciones en relaciones “if-then”, por lo que debemos
asociar un lugar solo y exclusivamente al estudio. Asimismo, este lugar debe de
cumplir varios requisitos: un asiento cómodo, una mesa adecuada para nuestra
altura y una iluminación natural (siempre que sea posible). También ayuda a una
mayor concentración el orden y la estructuración de los objetos que nos rodean.
FUENTE:
http://hipertextual.com/
Comentarios
Publicar un comentario