no podemos olvidar el aspecto emocional de los Cuentos infantiles. Contar un cuento no solo es leerlo, sino vivirlo y hacer que ellos lo vivan de nuestra mano. Los gestos de cariño hacia ellos, las sonrisas, los gestos de sorpresa, de miedo, de asombro, de misterio... La complicidad que creamos en esos momentos con nuestros pequeños creará un lazo que perdurará muchísimo después de que la narración del cuento haya acabado, incluso aún cuando lo hayamos olvidado.
no podemos olvidar el aspecto emocional de los Cuentos infantiles. Contar un cuento no solo es leerlo, sino vivirlo y hacer que ellos lo vivan de nuestra mano. Los gestos de cariño hacia ellos, las sonrisas, los gestos de sorpresa, de miedo, de asombro, de misterio... La complicidad que creamos en esos momentos con nuestros pequeños creará un lazo que perdurará muchísimo después de que la narración del cuento haya acabado, incluso aún cuando lo hayamos olvidado.
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