«HACER Y CREAR ES DIVERTIDO»
Patrick Newell. El Mundo. (15/4/2014)
Por Meritxell Monguillot
El otro día, al final de la clase, pensando en cómo despertar la concienciación del alumnado sobre su propio aprendizaje, les pregunté:
“¿CÓMO SABÉIS QUE HABÉIS APRENDIDO UNA COSA?”
Uno de los aspectos que como docente quisiera mejorar es la auto concienciación del alumnado por su aprendizaje. Hacer consciente al alumnado de cuándo y cómo aprende, del nivel en que se encuentra en cada momento para así poderle ayudar, guiar y reconducir. En esta línea, una de las finalidades de la educación de acuerdo con Johnson y Johnson (p.145, 2014) es “ayudar a los individuos a comprenderse mejor a sí mismos“. Estos autores muestran la importancia de enseñar al alumnado a realizar autoevaluaciones válidas y fiables a fin de potenciar la autorregulación, comprensión y concienciación del propio aprendizaje. Para fomentar la autoevaluación es necesario involucrar al alumnado en el desarrollo de los criterios de evaluación, en el diseño de rúbricas así como prepararle para utilizarlos de forma correcta y fiable mediante la ayuda y orientación docente.
Volviendo al inicio del post, una vez lancé la pregunta al alumnado, esperé con atención y curiosidad su respuesta, la cual me ha sorprendido tanto, que he querido compartirla en este post. La contestación del alumnado es toda una declaración de intenciones que apunta hacia al cambio educativo y que tiende hacia el “learning by doing“, al aprendizaje entre pares y al movimiento de la generación “maker”. Algunas de las respuestas del alumnado han sido las siguientes:
SÉ QUE HE APRENDIDO ALGO CUANDO PUEDO…
Explicárselo a los demás.
Hacerlo.
Aplicarlo en casa.
Demostrarlo.
Hacerlo de forma automática, sin pensar.
Corregir a otras personas.
Resolver problemas.
Compartirlo con los demás.
Enseñarlo a otros compañer@s.
EDUCACIÓN BAJO DEMANDA
Leyendo un interesante post en Think Big descubro como Roger Schank acuña el término de «Educación bajo demanda» la cual se caracteriza por:
No tener exámenes.
Aprender haciendo.
Potenciar las habilidades del mundo real.
Resolver retos y situaciones en pequeños grupos.
A su vez, observo en un post de Ricaurte la aparición de nuevas pedagogías emergentes como el aprendizaje en red, flexible, ubicuo, invisible, profundo, rizomático, la educación expandida y disruptiva, así como también el movimiento maker centrado en promover una educación basada en hacer cosas con las manos, potenciar la creatividad y el pensamiento creativo. Un movimiento en donde las evaluaciones se basan en rúbricas y la gran finalidad es desarrollar en el alumnado las aptitudes del siglo XXI que le permitan adaptarse al constante cambio. De este modo, queda claro cómo las nuevas pedagogías dibujan un modelo de aprendizaje que rompe las barreras espacio temporales, puede suceder en cualquier lugar y momento, bajo diferentes contextos y de la mano de Internet y de las personas.
Si, por un lado, el alumnado manifiesta que es consciente de su aprendizaje cuando puede hacer, compartir, explicar, mostrar y aplicar los conocimientos en su vida real fuera del aula, y por otro, las nuevas pedagogías emergentes señalan un aprendizaje abierto, expandido y entre pares, donde el alumnado es el auténtico protagonista; ¿qué sentido tiene un modelo educativo repetitivo, silenciado, estático, aburrido y memorístico?… sinceramente, creo que ninguno.
Quizás, una de las claves del cambio educativo reside en la respuesta del propio alumnado a cómo sabe que ha aprendido una cosa, pero…
¿NOS ATREVEMOS A PREGUNTÁRSELO?
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