Discalculia: Las 5 características imprescindibles que debes conocer


La discalculia del desarrollo es un déficit que provoca dificultades, de moderadas a extremas, en tareas matemáticas elementales, incluyendo tanto el procesamiento numérico como la realización del cálculo simple, que no pueden atribuirse a déficits sensoriales, bajo nivel intelectual o deprivación escolar (Butterworth, 2005).Lejos de ser un trastorno poco común, la incidencia de la discalculia es alta, afecta a entre el 3.5 y el 6.5% de la población escolar (Butterworth, Varma, Laurillard, 2011; Geary, 2011), un porcentaje similiar a otros trastornos del aprendizaje, como por ejemplo, la dislexia.Si es así, ¿porqué es tan complicado identificar de forma precoz la discalculia? ¿Cuáles son las características imprescindibles que deberías conocer?

1. El origen de la discalculia: Déficit en el procesamiento numérico

La psicología del desarrollo nos ha dado algunos elementos fundamentales para explicar el origen y el desarrollo del sentido numérico. Los bebés, al nacer, cuentan con unos conocimientos matemáticos informales (Canfield y Smith, 1996; Saxe, 1991; Starkey, 1992; Wynn, 1996). Estas capacidades implícitas son, por ejemplo, que pueden ver si «hay más aquí que allí» o «esto tiene la misma cantidad que aquello». También se dan cuenta que «añadir» supone que haya más y «sacar» que haya menos (Wynn, 1992).
Si analizamos el territorio de la neurociencia, encontraremos diferentes modelos que intentan explicar los procesos implicados en la resolución de habilidades numéricas básicas. El modelo de Triple Código de Dehaene (Dehaene et al ., 2003) es considerado actualmente como el de mayor potencia explicativa.
Los últimos estudios indican que en la Discalculia hay una alteración del sentido numérico, considerada como una habilidad innata que permite cuantificar los elementos del entorno. Nos permite calcular “aproximadamente” un número de objetos y distinguir entre “mucho” y “poco” (Cordes y Brannon, 2008). A partir de estas  competencias cuantitativas básicas se van construyendo un conjunto de capacidades numéricas más complejas, como por ejemplo: asociar números con palabras, trazar la grafía de una cantidad o leer y traducir números

2. Síntomas: ¿desde cuándo podemos estar alerta?

Desde etapas infantiles podemos observar si el procesamiento prenumérico en niños y niñas  se desarrolla correctamente. Podemos estar alerta si detectamos alguno de estos síntomas:
Señales de alerta en Educación Infantil (detección precoz)
  • No mantiene un orden estable al contar
  • Cuando compara dos conjuntos, no sabe decidir cuál es el elemento más grande
  • No realiza operaciones mentales simples (sumas y/o restas hasta 5)
  • No hace estimaciones pequeñas, hasta 10 (ej: ¿cuántos elementos hay aquí?
Señales de alerta en Educación Primaria
  • Utiliza mucho los dedos para contar
  • Le resulta muy complicado hacer cálculos aproximados
  • Le cuesta mucho manipular cifras grandes, como centenas o miles
  • Tiene errores de transcripción, por ejemplo, al escribir números dictados
  • A medida que pasa el tiempo es frecuente que manifieste ansiedad o bloqueo hacia las tareas matemáticas ya que existe sensación de fracaso

3. Malas notas en matemáticas; ¿discalcúlia?

 Aproximadamente el 20% de los estudiantes tienen bajas habilidades en matemáticas. Aún así, sólo entre un 4% a un 14% son identificados con una Dificultad Específica de aprendizaje de matemáticas, o discalculia del desarrollo (Shalev 2005; Butterworth 2010a).
Las Dificultades de Competencia matemática conllevan un déficit en el dominio de uno o muchos de los dominios de matemáticas, desde las habilidades numéricas más básicas hasta las más áreas avanzadas, como el álgebra y la geometría.
Por ese motivo intervenir con alumnos con dificultades matemáticas supone un doble reto. Debemos analizar si las dificultades radican en el razonamiento del lenguaje matemático, la atención, la secuencia, la memoria o están relacionadas con dificultades más profundas, de procesamiento y sentido numérico.

4. Acostumbra a ir acompañado

Su prevalencia es equivalente a la de la dislexia (Shalev, 2004), entre un 4 y un 7%, aunque en la práctica se observa que su diagnóstico es menos frecuente.
Acostumbra a manifestarse comórbidamente con otros trastornos del neurodesarrollo, como:
  • la disléxia, en un 17%
  • el trastorno por déficit de atención con hiperactividad TDA/H, en un 26%
  • y algunas alteraciones cromosómicas.

5. Sospechamos: ¿qué hacemos?

Dado que en el procesamiento numérico intervienen diferentes funciones, la evaluación  de la discalculia es compleja. Se trata de un diagnóstico clínico que debe constar de un estudio neuropsicológico, es decir, la valoración de las áreas cognitivas implicadas en el aprendizaje y, en particular, en el cálculo:
  • La capacidad intelectual
  • La valoración de las funciones atencionales y ejecutivas
  • Un estudio de la lectura y escritura
  • Un estudio de las capacidades numéricas
Posteriormente debemos iniciar un proceso de intervención psicopedagógica específica, con el pedagogo o psicopedagogo especialista, que ayude a los niños y niñas a mejorar el conocimiento del sistema numérico, que desarrolle de la conciencia numérica, que ayude a comprender el valor y la magnitud de los números, que consolide la línea numérica mental y el sistema decimal (conceptos de Unidad, Decena y Centena), que facilite la comprensión de las operaciones básicas, que desarrolle el lenguaje matemático para facilitar el hecho de establecer relaciones y usar algoritmos, que  trabaje la resolución de problemas, el cálculo mental y la  memoria visoespacial.
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