CREA CALMA EN TU AULA






En los primeros meses del año, muchos profesores hablan sobre CÓMO CONSEGUIR QUE LOS NIÑOS ESTÉN TRANQUILOS en el aula. A veces me cuentan angustiados que el ruido es tan protagonista que parece imposible escuchar a alguien que tienes cerca o que los momentos de tranquilidad son como estrellas fugaces. Cuando aparecen, se van muy rápido.

Las consecuencias de convivir durante tantas horas en la escuela con niveles de ruido altos son perjudiciales para todos. Niños y maestros sufren sin darse cuenta estrés, fatiga o dolores de cabeza después de mañanas enteras sin espacios de calma. Aquí puedes consultar una web en la que te hablan de los efectos del ruido en tu salud. Además de que a algunas personas puede producirles incluso problemas para dormir es evidente que este ambiente es una barrera real para la buena comunicación oral y esto supone un obstáculo para aprendizaje dentro del aula. 

Es posible crear un ambiente tranquilo y silencioso en tu aula pero para ello debes dedicarle un tiempo. Reflexionar sobre cómo vas a introducir el silencio y la calma en tu clase y comprender que este cambio requiere paciencia, es un proceso...




 El silencio como castigo

Desde siempre en la escuela hemos estado en silencio cuando el profesor se enfadaba por algo. Quizás porque el ruido era desbordante y nos gritaba abrumado que ya no podía más y que a partir de ese momento "todos en silencio". Sucedía lo mismo después de que ocurriera algo grave. Un conflicto importante, un comportamiento inapropiado en una salida, en una visita y entonces.... silencio. Era el momento de reflexionar individualmente. También estábamos en silencio cuando hacíamos exámenes y entonces, romper esta norma, era algo peor que ser un charlatán... suponía que intentabas buscar la solución con engaños, con trampas...

Todos hemos sentido el silencio como una soga al cuello. El silencio nos fue mostrado como un castigo, se utilizaba como una amenaza. Y desde esta perspectiva, a nadie le gusta el silencio. Hemos heredado esta visión y así seguimos trasmitiéndola de forma inconsciente. 

Si deseas que en tu aula el silencio sea agradable, sea vuestro amigo... Debemos comenzar por no usarlo como un castigo. Tenemos que acostumbrarnos a estar en silencio y disfrutar de ese momento haciendo a los niños conscientes del poder de compartir con otros lenguajes. Compruébalo!! Una de las experiencias que más influye para mejorar la convivencia es COMPARTIR SILENCIO. 

JUEGO DE LOS GESTOS

En diferentes momentos del día, proponles seguir la tarea que estén haciendo pero sin hablar, en silencio. Pueden usar expresión gestual, miradas... pero no hablar. Prueba hacerlo mientras trabajan por equipos. Propón 1-3 min de diversión en silencio y lo más importante es que tú también juegues!!

El silencio incómodo

Los niños no están acostumbrados a compartir silencio. Cuando están juntos siempre les acompaña un ruido de fondo, la explicación de un profe, una canción, un vídeo o sus conversaciones sin fin sobre cualquier tema de interés... Cuando empieces a pedirles pequeños momentos de silencio para escuchar unos sonidos, para mirar una vela en el centro o simplemente para mirarnos a los ojos y saludarnos con la mirada... verás que las primeras veces... parece como si el silencio fuera incómodo y surgen pequeños ruidos o de repente se escuchan sonidos como un rugir de estómago, el volar de una mosca... y entonces, todos echan a reír como rompiendo la tensión!!

Puedes sentirte molesto porque las carcajadas han roto el silencio o puedes unirte al momento y reírte con ellos. 

Hazlo!!, siéntete cómplice de ese momento gracioso y demúestrales que no pasa nada por dejarse llevar... Espera unos segundos, obsérvalos a todos segura de ti misma y poco a poco, invítales a volver a la práctica del silencio. Hazlo desde la calma. La mayoría se unirán de nuevo y quedarán algunos o sólo uno que se resiste. Quizás sea ese el niño que más necesita estar en silencio y al experimentarlo se ha sentido incómodo, como si algo no estuviera bien... y sólo está expresando que le cuesta estar, le es difícil estar sentir, ser. Con cariño, se más paciente y amorosa con ese niño. Demuéstrale que lo entiendes... y si no es capaz de volver a la calma, invítale a salir del círculo y permitir a los otros seguir con el juego.

EL JUEGO DEL SILENCIO. (Montessori)
En círculo preguntar a los niños si son capaces de estar tan quietos y silenciosos como una planta, como una montaña o como una rana. Iniciar un temporizador (de arena, agua, reloj...) y empezar el juego con un sonido de campana. Pueden ser 30 sg y luego puedes ir aumentando el tiempo progresivamente. Cuando termine el juego, puedes decir el nombre de cada niño y este sale del círculo o vuelves a tocar la campana para marcar el final. Pregúntales cómo se han sentido, que han escuchado. Puedes practicar este juego a partir de los 2-3 años.



Construye el ambiente de calma

 

¿Sabes que cuando gritas todo tu sistema nervioso se altera y se modifica tu estado de calma y bienestar? 


Sííí, aunque no lo pretendas, gritar para pedir silencio va a ir aumentando tu nivel de estrés aún que no quieras y tú mismo serás un modelo a imitar contrario a lo que pretendes conseguir...
Esto es un clásico. El profesor pidiendo silencio a gritos porque no se le escucha en el aula.

 Es cierto que en muchas ocasiones el nivel de ruido del aula aumenta por muchas razones:

  • Quizás los niños están nerviosos porque llevan muchas horas trabajando
  • Quizás llueve y necesitan aire libre y no lo pueden tener 
  • Quizás están entusiasmados porque la actividad les encanta
  • O simplemente, es que son muchos... y no es que griten...pero 25 niños hablando da como resultado un ambiente ruidoso. 
Y como eres consciente lo toleras... pero un ambiente de ruido sólo puede ir a peor y llega un momento en el que ya no escuchas al niño que tienes sentado al lado al que intentas explicarle algo... Entonces tienes que llamar a la calma, hacerles conscientes de que el nivel de ruido es demasiado alto. Debes hacerlo antes de que sea muy alto. Usa un medidor de ruido para entrenarles poco a poco. Esto es un proceso, llevará tiempo que ellos empiecen a modular su volumen de voz... pero lo más importante ahora es que no pidas la calma a gritos así que busca alterativas pero que no sea tu voz. Yo uso un silbato que manejo produciendo un sonido corto y fuerte junto con otro mas suave que va ascendiendo progresivamente. Este código junto con un gesto es suficiente para que ellos regulen su voz y yo no tengo que perder la calma de mi sistema nervioso.

EL MEDIDOR DE VOZ

Habla con  los niños sobre la necesidad de mantener un nivel de voz adecuado para poder sentirnos todos bien. Llega con ellos a la conclusión de que mucho ruido impide el aprendizaje. Si algún niño opina lo contrario y no está de acuerdo, prueba a convivir con ellos un día entero con niveles de ruido muy altos (pon músicas con mucho volumen y favorece el caos) al finalizar el día, reuniros y sacar conclusiones... La mayoría pedirán modificar el ambiente y necesitarán más calma y tranquilidad. Entonces presenta un medidor de voz y nombra a un niño en cada equipo como el encargado. Tendrá que recordar a sus compañeros que hablen más bajo e intentar que entre todos convivamos más tranquilos. Pueden tener una medalla identificativa que les recuerde su importante misión. Cambia regularmente este encargado para que todos puedan desarrollar la cualidad de darse cuenta del ruido del aula y dedica unos minutos al final de la semana para que cada equipo hable en grupo sobre cómo han colaborado al ambiente del aula.


El espacio de calma

En la convivencia de un grupo hay que tener en cuenta que no todos tenemos las mismas necesidades. Hay niños que para regular su nerviosismo y poder calmarse necesitan un espacio especial. Aquí te he hablado de cómo crear espacios de tranquilidad y calma. Pienso que son imprescindibles en las aulas. Ayudan a que los niños puedan contar con un lugar tranquilo, seguro, acogedor donde poder estar en calma. Es un manera de enseñarles a disfrutar del silencioSi tu aula es pequeña y muy numerosa, valora la opción de diseñar este espacio FUERA DEL AULA. Es una oportunidad para que estar sin ruido y realmente los niños puedan gozar de la calma que necesitan. Construye este espacio y anímales a usarlo cuando les apetezca sentir y disfrutar del silencio. Verás cómo los niños más ruidosos e inquietos del aula, pronto te demandan un tiempo fuera, un espacio de paz.

Existe la idea erronea de que los niños necesitan moverse y hacer ruido todo el tiempo. Se piensa que si están quietos, se aburren o empiezan los malos comportamientos. Mi experiencia es que los niños viven conectados a una curiosidad que les ayuda a poder disfrutar del silencio de una forma más sencilla que los adultos, que al contrario, rápidamente paran el cuerpo pero escapan con sus mentes al mundo de los pensamientos.

Ayuda a los niños a descubrir el silencio. Hazlo con cariño, paciencia y comprensión.

Juegos para vivir en silencio y calma

Introduce en la vida de tu aula juegos y dinámicas que os ayuden a compartir espacios de calma. Debes hacerlo todos o casi todos los días, con mucha regularidad,  sino no dará resultado. Por que un día les digas que tienen que modular su voz, pongas un medidor y les hables de los beneficies del silencio, no vas a conseguir un ambiente de calma si no lo creas. Constrúyelo y disfrutarlo juntos.

Además de las propuestas que ya te ido contando, algunos juegos que me ayudan a favorecer la calma son estos:

Juegos de dedos

Para llamar su atención antes de una explicación, en vez de pedirles silencio... Comienza a realizar muy despacio y suavemente algún juego de dedos. Desde los niños pequeños de 3 años hasta los mayores de 7-8 años (dependiendo el niño) disfrutarán de la sencillez de una historia o una canción contada con los dedos de las manos. Para la pedagogía Waldorf son una herramienta de aprendizaje clave. Los usan para motivar a la acción, para relajar, para acompañar las rutinas, para desarrollar el lenguaje, la motricidad, el pensamiento, la creatividad, …


También puedes contar con los vídeos de Tamara Chubarovsky, todos son una maravilla ;)


Lluvia de la calma
Usa un frasco con vaporizador para crear una LLuvia de Calma con agua y unas 10 gotas de aceite esencial de lavanda. La sensación táctil del agua vaporizada sobre la piel es muy agradable y el olor a lavanda produce naturalmente un efecto relajante y calmante. Anima a los niños a relajar todo su cuerpo sobre la mesa haciendo una almohada con las manos o invítales a tumbarse en el suelo si dispones del espacio. Luego permite que durante 2-3 minutos suelten tensiones y el ambiente se silencie. Se paciente si tardan un tiempo en volver a la calma. Es normal y natural que necesiten un tiempo si sus cuerpos están inquietos o se han desbordado de energía. Cuando todos hayan parado, rocía sobre ellos la LLuvia de la Calma.
Ejercicios de respiración

Respirar es una herramienta natural para calmarse. Cuando realizamos una inspiración lenta seguida de una exhalación lenta y más larga... poco a poco nos tranquilizamos. Puedes enseñar a los niños algunos sencillos ejercicios de respiración que podéis practicar juntos en pocos minutos para calmarlos.

La respiración de la abeja les gusta mucho. Para hacerla taparos los oídos con el dedo pulgar y apoyar el resto de los dedos sobre el cráneo. Luego inspirar y pronunciar el sonido de la "m" mmmm




La respiración puede ser tu gran aliada en el aula para conseguir un ambiente de calma y tranquilidad. Puede ayudarte a ti a regular tu sistema nervioso para conseguir sentir la calma que buscas y a tus alumnos para que aprendan herramientas útiles para calmarse y regular sus emociones. 
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