EDUCACIÓN INFANTIL: EDUCAR PARA VIVIR Y PARA SER LIBRES

Begoña Martínez Martínez

El que ama

se transforma constantemente

Erich Fromm
Infantil debería ser una educación basada en el amor.
Si nuestro objetivo es conectar con esos pequeños que llegan a las aulas con tan sólo tres añitos, deberíamos mostrar nuestro lado más humano. Nuestra primera relación tendría que estar basada en el afecto, en el cariño y sobre todo en la calma, y todo esto nuestros alumnos lo perciben a través de la mirada, de los gestos y, por supuesto, de  la voz.
Una vez conseguida la tranquilidad y el apego en  el aula, el espacio se convierte en una zona segura donde el pequeño empieza a descubrir quién es y lo que es capaz de hacer. Cada alumno tiene unas características, unas peculiaridades que le hace único e irrepetible.
Nosotros, profesores de infantil, tenemos en nuestras manos la capacidad de sacar lo mejor de cada uno de ellos, respetándoles como personas y ayudándoles a crecer en libertad, donde su propia curiosidad les haga protagonistas de su aprendizaje.
Cada uno de ellos tiene unas necesidades educativas que nosotros debemos cubrir para proporcionarles una seguridad que les permita empezar a confiar en ellos mismos desde el estado de tranquilidad que necesitan.

Un desarrollo adecuado de las emociones

era más importante que el adelanto intelectual

Neill
Nuestros pequeños necesitan descubrir su libertad a través de su autonomía, necesitan pautas para reconocer qué es lo que sienten en cada una de sus interacciones sociales y aprender a  gestionar sus emocionesDeben descubrir que su libertad va asociada al respeto y a la responsabilidad.

«No todo vale»

«No siempre consigo lo que quiero»

«Necesito ayudar para sentirme feliz»

Un niño, cuando empieza a crecer en autonomía, también aprende a autocontrolarse, ya que reconoce que el miedo o el odio no le proporciona la felicidad que necesita para estar bien consigo mismo, y eso lo manifiesta a través del llanto o del enfado.
Los límites en infantil son necesarios, ya que les proporcionan la seguridad necesaria para creer en sí mismos, pero también esos límites cambian en función de las necesidades que ya se han cubierto.
Infantil es una etapa de continuos y necesarios cambios. Es una etapa MÁGICA donde el descubrimiento, la manipulación y la sorpresa forman parte del aprendizaje activo y proactivo.
DIMENSIÓN EMOCIONAL

La educación infantil

y la dimensión emocional del alumno

Nuestro alumno debe ser libre para expresar lo que siente y cómo se siente, pero nosotros debemos marcar los límites, sin los cuales sí estarían en peligro.
Creo, de corazón, que los niños nos enseñan cada día, cada minuto, cada segundo a ser mejores personas. En las asambleas cuando los escuchas, cuando comparten contigo sus momentos, te regalan tanto amor…
En estas pequeñas vidas,  les das la opción de crecer en el amor o en el miedo, coartando o estimulando  su libertad y su felicidad.

La bondad natural del niño enfrentada a su libertad

redescubre la sabiduría de la humanidad

Rousseau
Rafael Guerrero resalta la importancia de la argumentación en la vida de nuestros pequeños  para poder cubrir sus necesidades inmediatas. La percepción de nuestros hijos no tiene por qué ser nuestra realidad, por lo que una buena gestión de ella cubre una necesidad, fundamental e imprescindible, para su vida futura.
En este punto, quiero relatar una pequeña historia. La vida nos pone en situaciones muy difíciles a las que tenemos que buscar soluciones. Es importante hablar, argumentar y escuchar, y es algo que forma parte de la educación infantil.
Hace unos años, una familia se quedó sin trabajo. En su desesperación y pasado un tiempo, al papá le ofrecieron un empleo, que por supuesto  aceptó.  Su pequeña iba al cole como todos los días, pero ahora, cuando volvía a casa, papá nunca estaba. La niña, tanto fuera como dentro del cole, estaba triste porque no veía a su papá. A lo mejor ya no la quería.
El papá decidió hablar con la niña y explicarle que, justamente por lo mucho que la amaba, tenía que ir a trabajar, pero que su horario no le permitía verla. Sin embargo, algo que ella no sabía, era que todas las noches cuando llegaba a casa, iba a la habitación, la besaba y le decía todo lo que la quería. Desde ese día la niña amanecía con un lazo atado a su muñeca para que supiera que papá estaba ahí, con ella, y solo ver ese lazo hacía que la pequeña sonriera y se sintiera feliz.
Cuántos problemas podríamos evitar si entendiésemos la importancia del DIÁLOGO también con nuestros pequeños.
Hoy en día, en nuestras aulas de infantil observamos faltas de atención por parte de nuestros alumnos que, en un futuro inmediato, podrían ocasionar trastornos atencionales, entre otros. «Ellos son pequeños, pero su corazón es grande».
Los adultos debemos aprender a cubrir sus necesidades tanto en casa (los papás) como en el aula (los maestros).
Hace unos 2 años, una clase de 5 años tenía que hacer un dibujo, un niño dibujó a su amiga imaginaría y la coloreó con el pelo AZUL. Le había quedado preciosa. Fue a enseñárselo a su profesora, pero cuando vio el pelo, ella se enfadó:
—El pelo es amarillo, negro o marrón.  Siéntate!!
El pequeño, dirigiéndose a su mesa y  con lágrimas en los ojos, me miró y dijo: — solo se había teñido el pelo de Azul.
Hace escasamente un mes estaba sentado un niño de tres años en el patio sin poder jugar y le pregunte: —¿qué haces?
Me dijo: —Estoy castigado.
—¿Por qué? — le pregunte.
Me contesto: —no sé.

REFLEXIÓN

Es preciso un cambio de mentalidad. La educación no es decir lo que tienen que hacer nuestros alumnos, lo que está bien o mal. Los colores tienen muchos matices.
Sus reflexiones, sus palabras, nos ayudan a entender lo que también necesitan saber.
A través de la investigación, del arte como herramienta educativa, podemos trabajar desde muy temprana edad la inclusión y la diversidad. Ya lo dijo Gardner, «ser diferentes hace más grande y enriquece la educación pudiendo llegar a todos los alumnos  a través de sus múltiples inteligencias».

Educar para vivir y para ser libres

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