Secretos de tu cerebro TDAH



La mayoría de las personas está neurológicamente dotada para determinar qué es importante y motivarse para hacerlo, aunque no le interese. Luego estamos los demás, que tenemos déficit de atención – TDAH o TDA – y un cerebro alineado con él.



El trastorno de déficit de atención (TDAH o TDA) es un trastorno confuso, contradictorio, incoherente y frustrante. Es abrumador para las personas que viven con él a diario. Los criterios de diagnóstico que se han utilizado durante los últimos 40 años dejan a muchas personas preguntándose si tienen o no el trastorno. Los diagnósticos tienen largas listas de síntomas para revisar y marcar. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5 tiene 18 criterios, y otras listas de síntomas citan hasta 100 rasgos.
Los médicos, yo incluido, hemos estado tratando de establecer una forma más simple y clara de comprender los impedimentos del TDAH. Hemos estado buscando la “línea clara y brillante” que defina el trastorno, explique la fuente de las deficiencias y dé indicaciones sobre qué hacer al respecto.
Mi trabajo en la última década sugiere que hemos olvidado algo importante acerca de la naturaleza fundamental del cerebro con TDAH. Volví a consultar a los expertos en el trastorno – los cientos de personas y sus familias con quienes trabajé y que fueron diagnosticadas con él – para confirmar mi hipótesis. Mi objetivo era buscar la característica que tienen todas las personas con TDAH, y que no tienen las personas neurotípicas.
La encontré. Es el sistema nervioso TDAH, una creación única y especial que regula la atención y las emociones de diferente manera que el sistema nervioso de quienes no tienen el trastorno.

La “marcha” TDAH

Casi todos mis pacientes y sus familias quieren abandonar el término Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, porque describe algo opuesto a lo que experimentan en cada momento de su vida. Es difícil llamar a algo trastorno cuando confiere muchos aspectos positivos. El sistema nervioso TDAH no está dañado ni es defectuoso. Es un sistema nervioso que funciona bien utilizando su propio conjunto de reglas.
A pesar de que el TDAH se asocia a las dificultades de aprendizaje, la mayoría de las personas con un sistema nervioso TDAH tiene un cociente intelectual significativamente mayor que la media. También usan ese mayor cociente intelectual de forma diferente que las personas neurotípicas. Cuando las personas con el trastorno llegan al bachillerato, suelen ser capaces de abordar problemas para los que los demás no tienen respuesta y llegar a soluciones que nadie más ve.
Los adultos con un sistema nervioso TDAH, en general, no son manifiestamente hiperactivos. Son hiperactivos internamente.
Quienes sufren el trastorno no tienen falta de atención. Prestan demasiada atención a todo. La mayoría de las personas con TDAH no tratado tiene cuatro o cinco cosas a la vez en la cabeza. El sello distintivo del sistema nervioso TDAH no es el déficit de atención, sino la atención inconsistente.
Todas las personas con TDAH saben que pueden “coger marcha” al menos cuatro o cinco veces al día. Cuando “han cogido marcha” no sufren ninguna discapacidad y los déficits de funciones ejecutivas que pudieran tener desaparecen. Las personas con TDAH saben que son brillantes e inteligentes, pero nunca están seguras de si sus habilidades aparecerán cuando las necesiten. El hecho de que los síntomas y discapacidades aparezcan y desaparezcan a lo largo del día es el rasgo definitorio del TDAH. Es lo que hace el trastorno desconcertante y frustrante.
Las personas con TDAH suelen “coger marcha” principalmente cuando están interesadas o fascinadas por lo que hacen. Es lo que llamo sistema nervioso basado en el interés. Hay amigos y familiares que les critican por ser poco fiable o egoísta. Cuando tus amigos dicen: “Puedes hacer las cosas que te gustan”, están describiendo la esencia del sistema nervioso TDAH.
Las personas con TDAH también “cogen marcha” cuando son desafiadas o lanzadas a un entorno competitivo. A veces, una tarea nueva o novedosa atrae su atención. Sin embargo, la novedad es efímera y todo se vuelve viejo al cabo del tiempo.
La mayoría de las personas con un sistema nervioso TDAH puede asumir una tarea y recurrir a sus habilidades cuando esa tarea es urgente; por ejemplo, una fecha límite a vida o muerte. Esta es la razón por la cual la procrastinación es una discapacidad casi universal en las personas con TDAH. Quieren hacer su trabajo, pero no pueden empezar hasta que la tarea se vuelva interesante, desafiante o urgente.

Cómo funciona el resto del mundo

Al 90 por ciento de las personas sin TDAH del mundo se les conoce como “neurotípicas”. No es que sean “normales” o mejores. Su neurología es aceptada y respaldada por el mundo. Para las personas con un sistema nervioso neurotípico, estar interesadas ​​en una tarea, sentirse desafiadas o encontrarla novedosa o urgente es útil, pero no es un requisito previo para hacerla.
Las personas neurotípicas usan tres factores diferentes para decidir qué hacer, cómo empezarlo y seguir con ello hasta terminar:
  1. el concepto de importancia (piensan que deben hacerlo).
  2. el concepto de importancia secundaria: están motivadas por el hecho de que sus padres, maestro, jefe o alguien a quien respetan piensa que es importante abordar y completar la tarea.
  3. el concepto de recompensa por hacer una tarea y consecuencia/castigo por no hacerla.
Una persona con un sistema nervioso TDAH nunca será capaz de utilizar la idea de importancia o recompensa para comenzar y hacer una tarea. Sabe qué es importante, le gustan las recompensas y no le gustan los castigos. Pero para esa persona, las cosas que motivan al resto del mundo son meros incordios.
La incapacidad de utilizar la importancia y las recompensas para motivarse tiene un impacto permanente en la vida de las personas con TDAH:
¿Cómo pueden estas personas elegir entre varias opciones, si no pueden utilizar los conceptos de importancia y recompensa financiera para motivarlas?
¿Cómo pueden tomar decisiones importantes, si los conceptos de importancia y recompensa no son útiles para tomar una decisión ni una motivación para hacer lo que eligen?
Comprender esto explica por qué ninguna de las terapias cognitivas y conductuales utilizadas para controlar los síntomas del TDAH tiene un efecto duradero. Los investigadores consideran que el TDAH es consecuencia de un sistema nervioso defectuoso o con un déficit. Para mí, el TDAH es consecuencia de un sistema nervioso que funciona perfectamente bien, de acuerdo con sus propias reglas. Desgraciadamente, no funciona según ninguna de las reglas o técnicas que se enseñan y fomentan en un mundo neurotípico.
Por esa razón:
Las personas con TDAH no encajan en el sistema escolar convencional, que se basa en repetir lo que otra persona considera importante y relevante.
Las personas con TDAH no prosperan en un trabajo convencional, que paga a la gente por hacer lo que otra persona (su jefe) considera importante.
Las personas con TDAH son desorganizadas, porque casi todos los sistemas de organización se basan en dos cosas – la priorización y la administración del tiempo – que a las personas con TDAH no se les dan bien.
Las personas con TDAH lo pasan mal cuando tienen que elegir entre alternativas, porque todas son igual de irrelevantes. Para ellas, todas las alternativas son parecidas.
Las personas con un sistema nervioso TDAH saben que, si se implican en una tarea, pueden hacerla. Lejos de ser productos defectuosos, las personas con un sistema nervioso TDAH son brillantes e inteligentes. El principal problema es que, al nacer, recibieron un manual de instrucciones neurotípico. Funciona para todas las demás, pero no para ellas.

No conviertas a las personas con TDAH en neurotípicas

Las implicaciones de esta nueva concepción son enormes. Lo primero que deben hacer los entrenadores, médicos y profesionales es dejar de intentar convertir a las personas con TDAH en personas neurotípicas. El objetivo debe ser intervenir lo antes posible, antes de que la persona se sienta frustrada y desmoralizada por la lucha en un mundo neurotípico, donde las cartas están en su contra. Un enfoque terapéutico que pueda llegar a funcionar donde ningún otro podría debe tener dos partes:
Nivela el campo de juego neurológico con medicación, de modo que el individuo con TDAH tenga capacidad de atención, control de impulsos y calma interior. Para la mayoría, se requieren dos fármacos diferentes para esto. Los estimulantes mejoran el rendimiento diario de una persona con TDAH, ayudándole a hacer las cosas. Pero no son efectivos para calmar la hiperexcitación interna que tienen muchas personas con TDAH. Para esos síntomas, la mayoría de las personas mejorarán agregando un medicamento alfa agonista (clonidina/Kapvay o guanfacina/Intuniv) al estimulante.
La medicación, sin embargo, no basta. Una persona puede tomar la medicación adecuada con la dosis correcta, pero nada cambiará si sigue afrontando las tareas con estrategias neurotípicas.
La segunda parte del tratamiento de los síntomas del TDAH es hacer que la persona cree su propio manual de instrucciones TDAH. Los manuales de instrucciones genéricos que se han escrito han sido decepcionantes para las personas con este trastorno. Estas, como las demás, crecen y maduran con el tiempo. Lo que interesa y desafía a alguien a los siete años no le interesará ni le desafiará cuando tenga veintisiete.

Escribe tus propias reglas

El manual de instrucciones TDAH debe basarse en los éxitos actuales. ¿Cómo “coges marcha” ahora? ¿Bajo qué circunstancias triunfas y prosperas en tu vida actual? En lugar de concentrarte en dónde fallas, has de identificar cómo te pones en acción y funcionas a niveles llamativos.
Suelo aconsejar a mis pacientes que lleven un bloc de notas o una grabadora durante un mes, para escribir o explicar cómo “cogen marcha”.
¿Es porque están interesados? Si es así, ¿qué les interesa concretamente de la tarea o situación?
¿Es porque se sienten competitivos? Si es así, ¿qué hay en su “oponente” o en la situación que libera los jugos competitivos?
Al final del mes, la mayoría de las personas ha recopilado 50 o 60 técnicas diferentes que funcionan. Ahora, cuando se les pide que actúen y se impliquen, entienden cómo funciona su sistema nervioso y qué técnicas son útiles.
He visto que estas estrategias funcionan para muchas personas con TDAH que dieron un paso atrás y descubrieron los factores desencadenantes a los que deben recurrir. Este enfoque no intenta transformar a las personas con un sistema nervioso TDAH en personas neurotípicas (como si fuera posible hacerlo), sino que les brinda una ayuda permanente, porque se basa en sus propias fortalezas.
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