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Los complices imprescindibles en la innovación educativa, por Alfredo Corell
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Alfredo Corell, profesor de Inmunología de la Universidad de Valladolid (UVa), consiguió poner en pie a todo un auditorio durante su charla sobre innovación educativa en el TEDxValladolid. Y es que, ha conseguido resumir en tan solo 10 minutos lo que durante tanto tiempo se creyó imposible. Lo que podríamos llamar la fórmula secreta de la innovación en el ámbito de la universidad, o en general, de la educación.
Según nos cuenta en su charla, solo necesitamos tres ingredientes para que la innovación educativa tenga lugar:
- La libertad, que usada a favor de la innovación sería un elemento fundamental, pero que demasiado a menudo es utilizada con otros fines. La libertad de cátedra es para muchos profesores la excusa o velo para no hacer nada nuevo durante años.
- La motivación por hacer cosas nuevas. Se pueden aplicar las nuevas tecnologías siempre y cuando se esté dispuesto a desarrollarse en un campo hostil y nuevo. Además, se ha de tener una gran carga de responsabilidad social: quieren devolverle el conocimiento a la sociedad porque es a quien le pertenece. Como docentes universitarios todos estos elementos son fáciles de conseguir.
- Los métodos y las tecnologías como el aprendizaje colaborativo, proyectos, gamificación, dispositivos, redes sociales… Todos componentes que tenemos a nuestra disposición, sin necesidad de grandes recursos.
En definitiva, todo esto lo tenemos a nuestro alcance, y sin embargo, no se da la innovación educativa. Entonces, ¿qué ingrediente falta en esta fórmula magistral? Alfredo Corell lo tiene claro: los estudiantes.
Los profesores han de bajar de su palestra, aprender a desaprender, asumir que las nuevas generaciones pueden aportar mucho más de lo que se piensan, conectar con ellos, dejarles hacer y motivarles. Con los estudiantes se pueden superar muchos miedos: al ridículo, a compartir el conocimiento y trabajo… También hay que permitirles creer que lo que producen es un conocimiento valioso. Así, incluso algunos se enamoran tanto de lo que estudian que comprenden por qué y para qué lo hacen. Pero tampoco podemos olvidarnos de los que siguen prefiriendo los apuntes y las clases magistrales, sin duda, un proceso mucho más fácil.
FUENTE:https://educacion2.com/
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