3 claves para el aprendizaje: curiosidad,
investigación e imaginación.
Existen tres factores claves en el aprendizaje, y
en nuestro desarrollo como personas, a los que solemos prestar poca atención.
Son los grandes olvidados en los programas educativos, pero al mismo
tiempo se erigen como pilares imprescindibles en la educación. Me estoy
refiriendo a la curiosidad, la investigación y la imaginación.
Sólo sé que no sé nada.
Sócrates.
La curiosidad es el motor que mueve al ser
humano. La necesidad de conocer y comprender lo que sucede en
su interior, así como el entorno en el que vive, es la fuerza que empuja su
vida. Como un río, la curiosidad puede sembrar el caos o ser motor de
desarrollo humano. Si conseguimos que cada persona sea consciente de esta
enorme capacidad, y la ayudamos a conducirla hacia sus propias metas, habremos
dado un paso enorme en la mejora de la educación. El proceso de
enseñanza-aprendizaje no debe estar dirigido hacia la respuesta, si no hacia la
pregunta.
La clave de la educación es aprender a
preguntar.
La pregunta nos hace más libres, porque genera en
nosotros/as una incertidumbre que nos incita al movimiento, a la búsqueda.
Estamos diseñados/as para indagar, para explorar y por eso la educación debe
basarse en este principio.
Si no conozco una cosa, la investigaré.
Louis Pasteur
De la curiosidad nace el deseo de conocer, de indagar, de
investigar acerca de un tema. El espíritu investigador es el hijo de la
curiosidad. Las preguntas no hacen libres, nos desatan de las cadenas de
la certidumbre, del “esto siempre ha sido así”. En los momentos de duda es
cuando se alcanzan nuevos conocimientos y cuando desarrollamos nuestras
capacidades en mayor medida. Sin embargo, corremos el riesgo de viajar a la
deriva, perdidos/as en un “mar de dudas”.
Desarrollar métodos de investigación, como el inductivo o
el deductivo, son claves para transitar con éxito y tranquilidad la senda de la
investigación. En el proceso de enseñanza debemos, como docentes y
educadores/as, facilitar la adquisición de estos mecanismos, que proporcionan
las bases del autoaprendizaje.
Trabajar por proyectos es una muy buena
metodología para potenciar el aprendizaje de la investigación. Implica
trabajar en base a una hipótesis, buscando un razonamiento causal que permita
decidir si es correcta o no una afirmación. Además, supone una excelente
forma de trabajar en equipo, de modo que se produzcan aprendizajes
colaborativos. Desde la perspectiva de las inteligencias múltiples, puede
ser muy interesante alternar entre grupos homogéneos (en los que predominen
personas con unas inteligencias más desarrolladas) y heterogéneos.
En los momentos de crisis, solo la
imaginación es más importante que el conocimiento.
Albert Einstein.
La imaginación es posiblemente la capacidad
más útil del ser humano. Nos permite moldear nuestros recuerdos para crear
nuevas posibilidades. Frente a la lógica, que nos proporciona
estabilidad y causalidad en nuestras relaciones con la vida, la imaginación
permite desbordar los límites de lo real para crear algo nuevo.
Al igual que las inundaciones del Nilo, que depositaba
sedimentos fundamentales para la agricultura, la imaginación es sinónimo de
vida. Gracias a ella enriquecemos nuestra mente con “sedimentos” nuevos, ricos
en alternativas, que nos permiten generar soluciones innovadoras. De hecho, en
la Sociedad de la Información, se ha considerado la innovación como una
necesidad esencial, a pesar de que no se educa para ella. Cambiemos de
paradigma y eduquemos para la innovación.
Educar la imaginación es educar para la
innovación.
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