Inteligencia emocional es un concepto introducido en
1990 por Peter Salovey y J. Mayer, ambos psicólogos de Harvard. Posteriormente
este término fue presentado en sociedad gracias al best seller "La
Inteligencia Emocional" de 1995, publicado por Daniel Goleman,
investigador y periodista del New York Times.
Como definición de inteligencia emocional, podemos decir, que
es la capacidad del ser humano para sentir, entender, controlar y modificar su
propio estado emocional y el de los demás, manejando de forma correcta las
emociones que nos hacen tener unas relaciones más productivas con quienes nos
rodean.
Por esta razón, las personas con una elevada inteligencia
emocional pueden tener más éxito en la vida que las que tienen mayor
coeficiente intelectual.
Inteligencia emocional no significa ignorar nuestras
emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas.
Salovey organizó la inteligencia emocional en cinco
competencias básicas:- Autoconocimiento
(Conocimiento de las propias emociones)
- Control
emocional (Capacidad para manejarlas)
- Capacidad
de motivación
- Empatía
(Reconocimiento de las emociones de los demás)
- Habilidades
sociales y liderazgo.
En la educación de siglos anteriores, el éxito del
profesor estaba estrechamente vinculado a los logros académicos de sus alumnos.
Sin embargo, en la sociedad actual se han creado otras expectativas docentes
que cuestionan el sistema educativo que se ha venido desarrollando.
Los docentes, entre sus funciones diarias, tienen el reto de
formar a personas integradas en la sociedad, con herramientas sociales y
emocionales que les permitan afrontar los desafíos de la vida.
En la labor docente es fundamental que intervengan factores
como la motivación, las expectativas y el afecto, denominados factores no
intelectivos, pero que tienen una gran relación con los procesos de
aprendizaje, tranformándose en unos buenos resultados académicos y en un buen
aprendizaje para la vida.
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