Principios para mejorar el comportamiento/TDAH


 
Principios para mejorar el comportamiento

Proporcionar consecuencias inmediatas al buen o mal comportamiento

Cada vez que se repiten cuatro o cinco veces los mandatos antes de emprender una acción contra la desobediencia del niño, él está ganando terreno, aunque sólo sea temporalmente. Para él no es importante si a la larga tendrá que acabar haciendo lo que se le manda, él piensa que sus evasivas o su resistencia funcionan, aunque sólo sea temporalmente, ganando cada vez más tiempo. De la misma forma, si antes de recibir la aprobación tiene que repetir muchas veces una conducta positiva, la próxima vez no malgastará sus energías.

Proporcionar consecuencias específicas

Los niños aprenden a comportarse a partir de la información que reciben: ‘¿cómo puedes ser tan malo?’ (con este tipo de reacciones sólo se consigue confundirle y desanimarle) o ‘me vas a matar a disgustos’ (el niño no va a obedecer o cooperar más por oírlo y hace que ambos perciban la situación peor de lo que realmente es). Las consecuencias que se impongan al mal comportamiento deben ser proporcionales a la gravedad de éste.

No hay que responder a las transgresiones como una acumulación de acontecimientos, sino como hechos aislados unos de otros y, por supuesto, no dejarse llevar por el propio estado de ánimo.

Si se reacciona de forma exagerada a una mala contestación porque durante toda la semana ha estado haciendo lo mismo, no se estará enseñando al niño que a cada tipo de conducta le corresponden determinadas consecuencias. Sin esta información, el niño no puede construir un patrón previsible de acción y reacción en el que basarse.

Proporcionar respuestas consistentes

Las pautas de educación imprevisibles crean inseguridad en cualquier niño.

Un estilo educativo indiscriminado puede provenir tanto de la aplicación intermitente de disciplina, como de las inconsistencias entre los estilos de ambos padres o de la variabilidad de las reglas en diferentes momentos o situaciones.

Los niños con problemas de conducta reciben continuamente la desaprobación de los que le rodean, de modo que un paso previo para mejorar su conducta será prestar atención a lo positivo, no sólo a lo negativo.

Los niños que no reciben aprobación por sus esfuerzos positivos (por muy pequeños que éstos sean) se desaniman y los abandonan rápidamente.

Aplicar programas con incentivos antes de recurrir al castigo

No hay que utilizar ningún tipo de castigo hasta que se haya establecido un programa específico para premiar las conductas específicas que deben reemplazar a las negativas.

Está demostrado que el castigo de conductas negativas pierde toda su fuerza si no va acompañado de incentivos para las conductas positivas.

Anticipar y hacer un plan para contrarrestar la mala conducta

La planificación es especialmente importante cuando el mal comportamiento puede incomodar a más gente, por ejemplo, en lugares públicos.

Se trata de elaborar un plan en el que primero se utilicen los incentivos, y sólo después los castigos, para establecer las condiciones para el buen comportamiento.

Pautas que se deben seguir

– Establecer reglas de conducta de forma clara, específica y concreta, repitiéndolas tantas veces como sea necesario.

– Hablarle con calma y respeto.

– Señalarle la falta cometida, pero sin ofenderlo ni humillarlo; de este modo le ofrecemos un modelo de conducta aceptable.

– Por difícil que sea, el adulto debe manejar la situación conflictiva con calma y autocontrol, excluyendo el coraje. El adulto que se dirige a un niño con coraje porque se ha portado con agresividad le está prohibiendo que actúe como él mismo lo está haciendo, lo cual resulta incongruente e ilógico.

– Hacer todo lo posible por evitar tener confrontaciones con niños violentos. La confrontación o pelea da lugar al coraje sin límite, y se facilitan las ofensas e insultos. Además, quien pelea con estos niños se pone a su altura e incurre en el error que está tratando de erradicar.

– Resaltar sus logros, habilidades y cualidades positivas antes que exponer sus debilidades y deficiencias.

– Cuando criticamos, caemos en la acusación, lo cual nunca conduce a desenlaces positivos ni ayuda a solucionar el problema; sólo nos referimos a lo que está mal en lugar de ofrecer alternativas adecuadas a la situación concreta.

– Los niños oposicionistas desafiantes sufren trastornos emocionales y cognitivos que les dificultan manejar la frustración. Las acusaciones no les ayudan a superar estos trastornos y suelen tener el efecto de reencontrar su resentimiento y de provocar explosiones emocionales. Por el contrario, si se nombran sus fortalezas y cualidades positivas, se les está ayudando a revalorizarse como personas.

En los problemas de conducta hay múltiples factores determinantes. El tratamiento tiene que combinar e integrar intervenciones dirigidas tanto al niño como a la familia: los programas de entrenamiento a padres, el entrenamiento en la resolución de problemas, las intervenciones psicopedagógicas y el tratamiento farmacológico.

Los cambios no se producen con la rapidez que todos desearían, porque las actitudes y hábitos de relación que han de cambiar suelen estar muy fijados.

Técnicas para aumentar conductas positivas

– Economía de fichas.

– Contrato de contingencias.

– Reforzamiento positivo.

– Reforzamiento negativo.

– Principio de Premack.

Técnicas para disminuir y eliminar conductas negativas

– Extinción.

– Tiempo fuera.

– Sobrecorrección.

– Reforzamiento de conductas incompatibles.

– Costo de respuesta.

– Reforzamiento diferencial de tasa baja.

– Reforzamiento diferencial de otras conductas.

– Reforzamiento de conductas alternativas.

– Economía de fichas.

– Saciedad y práctica negativa.

– Castigo.

Procedimientos para mantener conductas positivas adquiridas

– Reforzamiento intermitente: intervalo fijo, intervalo variable, razón fija, razón variable.
FUENTE:
Intervenciónpsicopedagógica en el trastorno por déficit de atención/hiperactividadLuis Abad-Mas, Rosalía Ruiz-Andrés, Francisca Moreno-Madrid, Raquel Herrero, Enrique Suay

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