Cómo ser un docente asertivo y empático




En la actualidad, ser docente no solo implica enseñar matemáticas, lengua o ciencias, sino también formar a los estudiantes en habilidades emocionales y sociales. Ser un docente asertivo y empático es fundamental para conseguir que los alumnos se sientan seguros, escuchados y respetados, lo que a su vez mejora su rendimiento académico y su bienestar emocional.

Según una encuesta realizada por la Fundación Botín en 2019, el 67% de los profesores considera que la educación emocional es muy importante o bastante importante, pero solo el 43% la trabaja en sus clases. Este hecho demuestra la necesidad de formación en este ámbito para que los docentes puedan desarrollar habilidades emocionales y sociales, y transmitirlas a sus estudiantes.

Como señala la pedagoga y psicóloga infantil Ana Carballal, «el objetivo de la educación emocional es que los niños aprendan a conocer, expresar y regular sus emociones, así como a entender y respetar las emociones de los demás. El docente tiene un papel fundamental en este proceso, ya que es el modelo de referencia para los estudiantes».

En este artículo, vamos a analizar las claves para ser un docente asertivo y empático, así como estrategias para trabajar la educación emocional en el aula. Además, daremos pautas para tratar con estudiantes difíciles y fomentar un ambiente empático y seguro en el aula.

¡Sigue leyendo para descubrir cómo ser un docente asertivo y empático para formar a tus estudiantes en habilidades emocionales!

¿Qué es la asertividad en la educación?

La asertividad es una habilidad social fundamental en la educación que implica comunicar de manera clara y efectiva los pensamientos, sentimientos y necesidades, al mismo tiempo que se respeta a los demás. En el contexto de la educación, un docente asertivo es aquel que logra comunicar de manera efectiva sus expectativas y necesidades, al mismo tiempo que respeta a sus estudiantes y fomenta su autoestima.

Características de un docente asertivo

Un docente asertivo presenta las siguientes características:

  • Comunicación efectiva: Un docente asertivo es capaz de comunicarse de manera clara y directa, sin utilizar un lenguaje agresivo o pasivo.
  • Respeto por los estudiantes: Un docente asertivo es capaz de escuchar y respetar las necesidades y sentimientos de sus estudiantes, sin juzgarlos ni menospreciarlos.
  • Capacidad para establecer límites: Un docente asertivo es capaz de establecer límites claros y consistentes con los estudiantes, sin ser agresivo ni autoritario.
  • Confianza en sí mismo: Un docente asertivo tiene confianza en sí mismo y en su capacidad para guiar a sus estudiantes hacia el éxito.

    Beneficios de ser un docente asertivo

    Ser un docente asertivo tiene una gran cantidad de beneficios, tanto para el docente como para los estudiantes. Algunos de los beneficios más destacados son:

    • Mejora de la comunicación: La asertividad mejora la comunicación entre el docente y los estudiantes, lo que permite establecer una relación más cercana y efectiva.
    • Mejora del clima en el aula: Un docente asertivo es capaz de crear un ambiente de respeto y confianza en el aula, lo que mejora el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes.
    • Mejora del rendimiento académico: Los estudiantes que tienen un docente asertivo tienden a tener un mejor rendimiento académico, ya que se sienten más motivados y seguros.
    • Reducción del estrés: La asertividad reduce el estrés tanto del docente como de los estudiantes, ya que se evitan situaciones de conflicto y tensión.

    Al fomentar la asertividad en la educación, los docentes pueden ayudar a sus estudiantes a desarrollar habilidades sociales y emocionales valiosas que les permitirán tener éxito tanto en la escuela como en la vida.

    ¿Cómo ser un docente asertivo?

    Ser un docente asertivo significa tener la capacidad de comunicarse de manera efectiva con los estudiantes, establecer límites claros y respetuosos, y enseñarles a los alumnos a hacer lo mismo entre ellos. A continuación, se presentarán algunas estrategias para desarrollar la asertividad en clase y mejorar la comunicación asertiva como docente.

    Estrategias para desarrollar la asertividad en clase

    1. Conocer tus propios límites y necesidades: es importante que como docente sepas cuáles son tus límites y necesidades para poder establecer límites claros y respetuosos con tus alumnos.
    2. Aprender a decir «no»: decir «no» de manera asertiva puede ser difícil para algunos docentes, pero es esencial para establecer límites y mantener el respeto en el aula.
    3. Enfocarse en soluciones: en lugar de enfocarse en el problema, es importante buscar soluciones y trabajar en ellas de manera colaborativa con los estudiantes.
    4. Practicar la escucha activa: escuchar activamente a los estudiantes y validar sus sentimientos es una herramienta poderosa para fomentar la comunicación efectiva y el respeto en el aula.

    Cómo mejorar la comunicación asertiva como docente

    1. Ser claro y específico: al comunicar una instrucción o un límite, es importante ser claro y específico para evitar confusiones y malentendidos.
    2. Evitar la comunicación pasiva o agresiva: la comunicación pasiva (evitar conflictos, no establecer límites) o agresiva (faltar al respeto, ser dominante) no son efectivas para fomentar la asertividad y el respeto en el aula.
    3. Usar el «yo» en lugar del «tú»: al comunicar un sentimiento o una necesidad, es importante usar el «yo» en lugar del «tú» para evitar señalar o culpar a los estudiantes.
    4. Fomentar la retroalimentación constructiva: pedir retroalimentación a los estudiantes y fomentar un ambiente de retroalimentación constructiva puede ser muy útil para mejorar la comunicación asertiva en el aula.
    En resumen, la asertividad es esencial para una comunicación efectiva y un ambiente de respeto en el aula. Ser un docente asertivo requiere práctica y compromiso, pero las estrategias presentadas pueden ser de gran ayuda para desarrollar esta habilidad y mejorar la comunicación asertiva en el aula.

    ¿Qué es la empatía en la educación?

    La empatía es una habilidad social fundamental que implica ponerse en el lugar del otro, comprender sus sentimientos y necesidades, y responder adecuadamente a ellas. En el contexto de la educación, la empatía es esencial para el establecimiento de relaciones efectivas entre los docentes y los estudiantes.

    Según estudios recientes, la empatía en la educación se ha vuelto cada vez más relevante en la sociedad actual. En España, por ejemplo, un informe del Observatorio Social de «la Caixa» revela que el 80% de los padres consideran importante que sus hijos reciban educación emocional en el aula, y el 74% cree que la empatía es una habilidad esencial que debería enseñarse en las escuelas.

    Características de un docente empático

    Un docente empático es aquel que se preocupa por comprender y satisfacer las necesidades emocionales de sus estudiantes. Algunas de las características más destacadas de un docente empático incluyen:

    • Escucha activa: un docente empático está dispuesto a escuchar activamente a sus estudiantes y comprender sus puntos de vista y necesidades.
    • Sensibilidad emocional: un docente empático tiene la capacidad de detectar las emociones de los estudiantes y responder adecuadamente a ellas.
    • Comunicación clara: un docente empático se comunica de manera clara y efectiva, lo que facilita la comprensión mutua y el establecimiento de una relación empática.

    Beneficios de ser un docente empático

    Ser un docente empático tiene múltiples beneficios para el aula y para la relación entre los docentes y los estudiantes. Algunos de estos beneficios incluyen:

    • Fomento de la confianza y la seguridad: cuando los estudiantes se sienten comprendidos y valorados, se sienten más seguros y confiados en sí mismos.
    • Mejora de la comunicación y el diálogo: una relación empática entre docentes y estudiantes fomenta la apertura y el diálogo, lo que a su vez mejora la comunicación y el intercambio de ideas en el aula.
    • Reducción del acoso escolar: los estudiantes que experimentan empatía en el aula son menos propensos a ser víctimas o perpetradores de acoso escolar.
    En conclusión, la empatía es una habilidad fundamental en la educación que tiene múltiples beneficios para el aprendizaje y el bienestar emocional de los estudiantes. Los docentes empáticos son aquellos que se preocupan por comprender las necesidades de sus estudiantes y responder adecuadamente a ellas, lo que fomenta la confianza, la comunicación y la reducción del acoso escolar.

    ¿Cómo ser un docente empático?

    En el ámbito educativo, la empatía es un valor fundamental que permite a los docentes conectar con sus estudiantes y entender sus necesidades emocionales y educativas. La empatía se define como la habilidad de entender y compartir los sentimientos de otras personas. En la educación, esto se traduce en la capacidad del docente para comprender las experiencias y emociones de sus estudiantes y adaptar su enseñanza para satisfacer sus necesidades.

    Estrategias para desarrollar la empatía en el aula

    Ser un docente empático no es algo innato, sino que es una habilidad que se puede desarrollar y mejorar con el tiempo y la práctica. Algunas estrategias para fomentar la empatía en el aula son:

    • Escucha activa: Los docentes deben prestar atención a las necesidades emocionales de sus estudiantes y escuchar atentamente sus preocupaciones. Deben estar disponibles para hablar y demostrar un interés genuino por lo que los estudiantes tienen que decir.
    • Conexión personal: Los docentes pueden establecer conexiones personales con sus estudiantes para crear un ambiente de confianza y apoyo. Esto puede incluir interesarse por las aficiones de los estudiantes o recordar detalles importantes sobre sus vidas.
    • Practicar la empatía: Los docentes pueden fomentar la empatía entre los estudiantes mediante actividades en las que se les anime a ponerse en el lugar de los demás y ver las cosas desde una perspectiva diferente. Por ejemplo, pueden pedir a los estudiantes que imaginen cómo se sentirían si estuvieran en la situación de otra persona.
    • Auto-reflexión: Los docentes deben reflexionar sobre sus propias emociones y cómo afectan a su enseñanza. También deben ser conscientes de cómo sus acciones y decisiones pueden afectar a sus estudiantes y trabajar para ser más comprensivos y empáticos en su enfoque.

    Docente asertivo y empático ¿Cómo trabajar la 

    asertividad y la empatía en nuestras clases?

    En la educación, es esencial no solo enseñar conocimientos y habilidades, sino también valores y habilidades sociales que serán importantes para la vida futura de los estudiantes. Entre estas habilidades, la asertividad y la empatía son fundamentales para lograr una convivencia sana y positiva dentro y fuera del aula.

    Estrategias para fomentar la asertividad en el aula

    La asertividad se refiere a la capacidad de expresar las propias necesidades, deseos y opiniones de manera clara y respetuosa, sin violar los derechos de los demás. Algunas estrategias para fomentar la asertividad en el aula son:

    • Fomentar un ambiente de respeto y confianza donde los estudiantes se sientan cómodos para expresarse.
    • Enseñar habilidades de comunicación efectiva, como escuchar activamente y hacer preguntas para comprender mejor las perspectivas de los demás.
    • Proporcionar oportunidades para practicar la asertividad, como juegos de rol o discusiones en grupo.
    • Proporcionar retroalimentación constructiva sobre la forma en que los estudiantes se expresan y brindarles herramientas para mejorar su capacidad de ser asertivos.

    Estrategias para fomentar la empatía en el aula

    La empatía se refiere a la capacidad de comprender y responder adecuadamente a las emociones y perspectivas de los demás. Algunas estrategias para fomentar la empatía en el aula son:

    • Fomentar la reflexión sobre los sentimientos y perspectivas de los demás, utilizando actividades como la literatura, el cine o el teatro.
    • Incentivar a los estudiantes a ponerse en el lugar de los demás y a considerar las consecuencias de sus acciones.
    • Practicar la escucha activa y hacer preguntas para comprender mejor las emociones y perspectivas de los demás.
    • Fomentar el trabajo en equipo y las actividades de colaboración, donde los estudiantes deben aprender a cooperar y apoyarse mutuamente.

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