Herramientas útiles para manejar conflictos con niños en edad preescolar

El conflicto es un momento que a los cuidadores nos produce, por lo general, mucho malestar, ya que queremos resolverlo de la manera más rápida y eficiente. 
Pensemos en los conflictos con niños en edad preescolar que se nos dan en el día a día y empecemos a verlos como un momento de gran utilidad para enseñar habilidades, incluida la inhibición de los impulsos, el control de la ira o la consideración de los efectos de la ira en los demás.

Primero de todo, es importante tener en cuenta que nuestra respuesta disciplinaria cambiará en función de la edad, el temperamento y la fase de desarrollo del niño, así como del contexto. Ser conscientes de esto, nos ayudará a poner unas normas y unos límites claros y adecuados para cada niño, antes de que se dé el conflicto.

Antes de responder ante conflictos con niños en edad preescolar, dediquemos unos instantes a formularnos tres preguntas sencillas:

¿Por qué? ¿Qué? ¿Cómo? 

  • ¿Por qué mi hijo ha actuado así?Como estamos enfadados, la respuesta podría ser «Nunca cambiará, es así» o «Lo hace para provocar». No obstante, si lo abordamos con curiosidad en lugar de juzgarlo, analizando las razones del comportamiento, muchas veces encontraremos que el niño está tratando de expresar algo, pero no lo hizo de la manera adecuada. Si entendemos esto, podemos responder de manera más efectiva… y compasiva.

Ejemplo: pegarnos una patada, mientras estamos trabajando con el ordenador.

  • ¿Qué lección quiero enseñar en este momento?  El objetivo de la disciplina es corregir la conducta, queremos enseñarle: el autocontrol, la importancia de compartir, la actuación responsable… 

Ejemplo: no hay que pegar

  • ¿Cuál es el mejor modo de enseñar esta lección? Como habíamos comentado antes, es importante adaptarnos a la edad del niño y a su fase de desarrollo, junto con el contexto.

Ejemplo: ¿sabía él que yo estoy trabajando y ahora mismo no puedo prestarle atención?, ¿Cómo podemos comunicar más efectivamente lo que queremos hacerle entender? ¿Qué pasa si te unes a él atrayéndolo hacia ti y haciéndole saber que disfruta de toda tu atención? Luego podemos identificar sus emociones y simular cómo transmitirlas: “Esperar no es fácil. Quieres que juegue contigo y te enfadas porque estoy sentado frente al ordenador, ¿verdad? probablemente responderá: “¡Sí! » Esto no es algo malo; él sabrá que tiene tu atención. Y tú la suya. Ahora puedes hablar con él, mientras se calma y comience a escuchar más, puedes hacer contacto visual, explicarle que golpear no está bien y hablarle sobre una variedad de opciones disponibles, por ejemplo, usar las palabras para expresar su contrariedad la próxima vez que necesite tu atención.

Paula Mengod Balbas, es psicóloga en 

Fuente:Red Cenit


El dibujo es de Agustín Ramos Pérez

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