Dislexia: cuando las dificultades ortográficas dificultan la adquisición de la escritura



La dislexia es un trastorno en el aprendizaje del lenguaje escrito que impide la adquisición de los automatismos necesarios para los procesos de lectura y escritura. Muchos estudios han tenido como objetivo comprender el origen de las dificultades que experimentan las personas disléxicas al leer. Sin embargo, se hicieron pocas preguntas sobre los mecanismos de escritura. Por lo tanto, Sonia Kandel, profesora de la Universidad de Grenoble Alpes en GIPSA-Lab (CNRS/Université Grenoble Alpes/Grenoble INP) y sus colegas analizaron el aspecto puramente motor de la escritura en el contexto del trastorno disléxico en niños. Sus resultados muestran que descifrar la ortografía de los niños disléxicos es tan caro que termina modificando o inhibiendo el gesto de escritura cuando estos niños no son disgráficos. Este trabajo se publicó en la revista Cognitive Neuropsychology en noviembre de 2017.

Tan pronto como el niño entra en el sistema escolar, es esencial que domine la escritura, ya que esta herramienta se utiliza constantemente. Sin embargo, algunos estudiantes tienen dificultades para aprender a escribir. Entre ellos, a menudo encontramos niños disléxicos que, en ausencia de trastornos motores, tienen más dificultades para escribir que para leer.

Una serie de estudios realizados en el GIPSA-Lab de Grenoble han puesto de relieve que los movimientos de escritura no son simples movimientos manuales. Más concretamente, los investigadores estaban interesados en las interacciones entre el dominio de la ortografía y la escritura. Por ejemplo, se ha descubierto que los movimientos para escribir las letras MON en una palabra ortográficamente regular, es decir, escribir como se pronuncia como "montaña", serán más fáciles de producir que en la palabra irregular "señor".

En colaboración con CHU Grenoble Alpes y CERCA en Poitiers, los investigadores centraron su trabajo en la observación de niños disléxicos. En caso de dislexia, el control ortográfico se debilita aunque el niño no tenga trastornos motores. Al variar el nivel de complejidad ortográfica, los investigadores pudieron analizar el impacto de las dificultades de procesamiento ortográfico en el movimiento de escritura. Las pruebas consistieron en escribir palabras de diferentes clases: regulares o irregulares, frecuentes o raras... (por ejemplo, futuro) o pseudopalabras que no tienen sentido (por ejemplo, furut). Para entender con precisión cómo afectaba la ortografía al gesto de escritura, los investigadores registraron los movimientos gráficos de los participantes en tabletas digitales.

De estos análisis se desprende que escribir palabras irregulares y pseudopalabras tiene un impacto particularmente pronunciado en el movimiento manual en niños disléxicos. El control ortográfico se vuelve tan caro para ellos que interfiere o inhibe su gesto de escritura. Estos niños producen trazas irregulares y a veces ilegibles. Entonces, a menudo se consideran erróneamente "disgráficos", en otras palabras, tener un trastorno en la mecánica del movimiento de escritura. Este diagnóstico erróneo da lugar a una rehabilitación ineficaz y puede provocar el desaliento del niño.

Por lo tanto, para proporcionar un apoyo efectivo a los niños disléxicos, este trabajo apoya la idea de que es necesario afinar con precisión el diagnóstico e implementar un protocolo de rehabilitación que combina  aspectos ortográficos y motores.

Producción de la palabra "mira" por un niño disléxico
© Sonia Kandel, GIPSA-Lab (CNRS/Université Grenoble Alpes/Grenoble INP).

Producción de la palabra "mira" por un niño disléxico
Arriba: Las líneas negras corresponden a lo que el niño realmente escribió en la hoja; las líneas grises representan los movimientos de aire realizados durante los descansos, grabados por la tableta digital. Vemos que el niño empezó a escribir, se detuvo y luego volvió a empezar. El resultado es un gráfico muy irregular y la palabra tiene un error ortográfico al final. Bajo: Evolución de la velocidad a lo largo del tiempo; en gris la velocidad de los movimientos de aire registrados por la tableta digital.
Producción de la palabra "bronceado" por un niño disléxico.
© Sonia Kandel, GIPSA-Lab (CNRS/Université Grenoble Alpes/Grenoble INP).

Producción de la palabra "bronceado" por un niño disléxico. Vemos que la doble "t" causó problemas significativos al niño. Las parcelas negras corresponden a lo que el niño realmente escribió en la hoja; las líneas grises corresponden a los movimientos en el aire realizados durante los descansos registrados por la tableta digital. Los cuadrados azules indican los momentos en los que el niño levantó la vista para ver la ortografía de la palabra presentada en la pantalla del ordenador.
Copia del texto presentado en la pantalla de un ordenador.
© Sonia Kandel, GIPSA-Lab (CNRS/Université Grenoble Alpes/Grenoble INP).

Copia del texto presentado en la pantalla de un ordenador.
El niño disléxico escribió: "El monstruo peludo vivía en una cueva oscura, húmeda y gris en medio de un bosque..." Las parcelas negras corresponden a lo que el niño realmente escribió en la hoja; las líneas grises corresponden a los movimientos en el aire realizados durante los descansos registrados por la tableta digital. Los cuadrados azules indican los momentos en los que el niño levantó la vista para ver el texto presentado en la pantalla del ordenador.
Producción de palabras irregulares
© Sonia Kandel, GIPSA-Lab (CNRS/Université Grenoble Alpes/Grenoble INP).

Producción de palabras irregulares: erizo, primavera (en rojo el modelo a seguir producido por el profesor).

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