El TDAH y la agresividad: Lo que necesita saber



De un vistazo


  • No es inusual que los niños con TDAH sean agresivos.
  • Pueden que tengan dificultad para controlar sus emociones y no piensan antes de actuar.
  • El autocontrol de los niños con TDAH suele mejorar a medida que crecen.
Todos los niños podrían perder el control si se sienten enojados, heridos o frustrados. Pero cuando los niños con TDAH (también llamado TDA) se enojan, sus sentimientos puede que sean más intensos y persistentes. Algunos podrían reaccionar siendo físicamente agresivos.
Es común que los niños con TDAH tengan dificultad para controlar sus emociones. No son agresivos a propósito y suelen sentirse mal después de haber actuado así. Pero no tienen el autocontrol para detenerse y considerar otras maneras de actuar.
Es importante saber que la agresividad de su hijo tal vez no sea consecuencia de su TDAH. Podrían existir otros factores que contribuyan a ese comportamiento agresivo. Trate de averiguarlo.
A continuación algunas razones de por qué los niños con TDAH pueden ser agresivos físicamente, y sugerencias para ayudar a su hijo.

Agresión e impulsividad

Algunos niños con TDAH son impulsivos. La impulsividad dificulta que se detengan a pensar en sus acciones. Quieren algo ahora mismo, y en consecuencia actúan. Por ejemplo, un estudiante de primer grado que quiere el juguete que tiene otro niño podría arrebatárselo o pegarle para obtenerlo.
También podrían quedarse “atascados” en una situación sin poder superarla. Se empeñan en que han sido ofendidos y no pueden salir de dicha situación. Por ejemplo, un niño podría empujar a un compañero que está en la fila porque cree que él va primero. Podría incluso empeorar la situación tirando la mochila al suelo, o golpeando al compañero.
Después de conducirse así, se sienten apenados de haber herido a otra persona o haber roto las reglas. Pero eso no evita que vuelvan a reaccionar de la misma manera en otra oportunidad.
También es menos probable que los niños con TDAH aprendan de sus errores. La impulsividad no solo evita que piensen en las consecuencias, sino que recuerden que los puños no solucionan.
A medida que van creciendo, los niños con TDAH se vuelven menos impulsivos, y por lo tanto menos agresivos.

Agresión y dificultad para controlar las emociones

Los niños con TDAH a menudo tienen dificultad para controlar sus emociones. Por ejemplo, pueden llorar con más facilidad o enojarse más rápidamente que un niño que no tenga esa condición.
Al sentirse abrumados reaccionan exageradamente ante un problema relativamente pequeño. Necesitan ayuda para aprender a diferenciar los problemas pequeños de lo que son realmente importantes. Además, puede que les sea difícil tranquilizarse. No cuentan con las habilidades para calmarse que otros niños de su edad han desarrollado.
Todo esto favorece que los niños no pueden mantener sus frustraciones en perspectiva y bajo control, resultando en una conducta agresiva. Por ejemplo, se frustran por no saber cómo hacer la tarea de matemáticas o porque no pueden encontrar su camiseta favorita. Incluso esas pequeñas cosas pueden ocasionar que griten a quien sea, rompan la tarea de matemáticas o golpeen a su hermano por algo que dijo.

Agresión y medicamentos

Algunos niños que usan medicamentos para el TDAH se vuelven nerviosos e irritables. Generalmente ocurre cuando el medicamento empieza a perder efecto y se conoce como rebote”. Puede durar unos minutos o un par de horas, y generalmente sucede todos los días a la misma hora.
Si esto está sucediendo, hable con el médico. El medicamento para el TDAH que su hijo está tomando necesitar ser ajustado.

Otras cosas relacionadas con la agresión

Sentirse estresado puede llevar a atacar físicamente o verbalmente. Por ejemplo, el niño está siendo acosado en la escuela o tiene problemas familiares. También es posible que no esté durmiendo lo suficiente.
Además los niños con TDAH suelen tener otras condiciones que contribuyen a que actúen de manera agresiva. Estas incluyen el trastorno negativista desafiante, la ansiedad y la depresión.

Cómo ayudar

Converse con su hijo cuando ambos estén tranquilos y abiertos al diálogo. Pregúntele por qué se enoja a menudo y si hay algo que podría ayudar. También podría hablar con el maestro de su hijo para saber qué está pasando en la escuela.
Esté atento a las conductas agresivas de su hijo. Conocer qué situaciones parecen provocarlas puede ayudar a que usted las solucione. Utilizar reconocimientos y consecuencias puede ser una opción. Pero si no puede manejar la agresión de su hijo, hable con su pediatra sobre buscar la ayuda de un psicólogo infantil.
Si desea más información lea sobre las maneras de responder cuando su hijo está frustrado.

Puntos clave

  • Los niños con TDAH no suelen ser agresivos a propósito.
  • A menudo necesitan ayuda para aprender a tranquilizarse.
  • Esté atento al estado mental de su hijo, y si observa algo preocupante consulte con su médico.
  • FUENTE:
  • http://www.understood.org/es-

Comentarios