Fomentar y enseñar hábitos de Autonomía en los Niños



Desarrolla la autonomía con el cambio de roles.

Haz que tus hijos se hagan mayores sin olvidarte que son niños. Intercambia con ellos tus experiencias para que aprendan a valorar las responsabilidades.

A menudo oímos decir a algunos padres y madres que sus hij@s aún son pequeños para ciertas tareas o responsabilidades. ¿Estás de acuerdo? Lógicamente no podemos pedirle a un niño de cuatro años que haga la cena o salga a la calle de noche a tirar la basura. Pero lo que sí podemos hacer es dejarle que se lave los dientes solo sin necesidad de estar nosotros plantados detrás observándolo o que se quite la chaqueta ella sola, no hace falta entrar hasta dentro del aula de la escuela para colgársela en la percha.
La autonomía es beneficiosa en las personas por varios sentidos: favorece la capacidad de concentración, ayuda a pensar, desarrolla la fuerza de voluntad y la capacidad de esfuerzo, fomenta la autodisciplina y el control interno, aumenta la seguridad personal, reduce la ansiedad de la soledad, y marca distancia a los abusadores, controladores y entrometidos.
Si para una persona adulta ser autónoma es muy importante, aun lo es más para un niño. Por eso, es interesante que les vayamos dando cierta libertad, pese a su corta edad, para que ellos mismos vayan ganando autonomía. Deja que sean ellos los que experimenten, que sientan curiosidad por hacer las cosas y que, al mismo tiempo, te pidan hacerlas. Debes ofrecerles esta oportunidad. En cualquier momento del día y en cualquier lugar es una buena ocasión para desarrollar la autonomía de tu hij@.
Si estáis por casa, pídele que se quite la ropa mientras tú vas a buscar el pijama, que ponga y quite la mesa, que te ayude a buscar el número de teléfono del restaurante para reservar una mesa o que se prepare la mochila del colegio para el día siguiente. Si vais al mercado, que te ayude a hacer la lista de la compra, que busque en las estanterías los productos y los ponga en el carro, que lea las etiquetas y precios, que elija el más económico o que pague la cuenta.
¿Y sabes por qué es importante que vayan realizando este tipo de rutinas? Porque al realizar este tipo de propuestas de actividades, estamos dando a nuestros hij@s un doble aprendizaje. Por un lado, les estamos ayudando a desarrollando su autonomía. Y por otro, les estamos dando un tipo de responsabilidades que con el tiempo se pueden convertir en hábitos saludables y beneficiosos (sólo necesitamos 21 días según la teoría de la creación de hábitos), convirtiéndose estos hábitos en poder.
Recuerdo una vez, que un padre me contaba, que al llevar a su hijo al entrenamiento de fútbol, el pequeño se dejó los guantes de portero en casa. ¿Qué hizo el padre? ¿Crees que se fue a casa a por los guantes? No. Le dijo que entrenara sin guantes y que la próxima vez revisara bien la mochila antes de salir de casa. ¿Qué habrías hecho tú? Después de parar varios pelotazos y de soportar el frío que hacía, os aseguro que este chaval no se volvió a dejar los guantes de portero en su vida.
En relación con ganar autonomía podemos hablar de la importancia del cambio de roles. Se trata de esas circunstancias en que dos o más personas cambian de papel. Puedes cambiar de rol dando a tu hij@ ciertas responsabilidades. Me refiero con ello que os podéis intercambiar ciertas tareas. Es una actividad muy fácil de hacer, sobretodo en casa. Por ejemplo, él tiende la ropa limpia de la lavadora y tú recoges los juguetes de su habitación. O mientras ella recoge y guarda los productos de la compra en la nevera, tú le hinchas las ruedas de la bicicleta.
De este modo, tu hij@ se dará cuenta del esfuerzo que hacen las otras personas en su labor diaria, comprenderá cómo los demás se sienten cuando trabajan, qué presiones tienen, cómo afrontan el día a día. En otras palabras, aprenderán a empatizar, a ponerse en el lugar del otro, a conocer mejor a las personas que le rodean y a respetar el trabajo y el esfuerzo de los demás, al igual que los demás respetarán el suyo.
Recuerda que estos aprendizajes de vida son para que mejores y crezcas como persona. Pero no olvides el valor de transmitirlo a tus hij@s porque son las personas que más te importan y debes prepararlas, ya no para el futuro, sino para el presente.

Agustín Casalta
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