Rendimiento escolar



Por Mara Yegen
Son muchos y muy diversos los aspectos que pueden influir o determinar el rendimiento académico de nuestros pequeños. Como rendimiento escolar podríamos entender la relación que supuestamente existe entre el esfuerzo realizado por el alumno y los resultados obtenidos. Uno de los factores influyente en cualquier niño es sin duda alguna el contexto sociocultural en el que crecen.
Este es especialmente importante en sus primeros años de vida, ya que es entonces cuando su socialización se da en su entorno más cercano, de ahí su importancia. Ya que posteriormente esto se dará también en la escuela, y en el trabajo cuando se incorpore al mismo.
En este contexto sociocultural entran en juego aspectos tales como los recursos económicos, que nos pueden posibilitar que nuestros hijos puedan disfrutar de un viaje que resulte interesante o de la posibilidad de poseer libros y accesos a ciertos medios que de otro modo resultarían más complicados de conseguir.
Con ello se consigue ampliar tanto las experiencias como los conocimientos de nuestros hijos, así como sus habilidades.
La situación laboral en la que se encuentran los padres es también importante, hoy en día por ejemplo, quizá lo más común es que ambos trabajen fuera de casa.
Es por eso que partiendo de que lo más importante es la calidad y no cantidad de tiempo que podemos pasar con ellos, debemos conseguir que estos se sientan escuchados y atendidos.
Algo sin lo que sin duda sería realmente complicado que el rendimiento de nuestro hijo fuera bueno, es el hecho de contar con una vivienda donde el pequeño pueda realizar sus tareas en un ambiente idóneo.
Entrando ya en aspectos no tan materiales y sí más relacionales, diríamos que la existencia de una relación de afecto en el núcleo de la familia y fuera de él, le ayudará, otorgándole mayor seguridad en si mismo.
Además es realmente importante que el niño se sienta apoyado tanto por sus padres como por sus profesores. Ya que esto lo facilitará para que sus resultados sean mejores. Si al niño se le manifiestan las buenas expectativas que se tienen de él, esto le empujará a responder como se espera.
Aunque siempre sin presionarle excesivamente ya que esto puede hacer que consigamos el efecto contrario. Hay que valorarle por su resultados académicos pero también por otras de sus habilidades y cualidades.
Pero claro, quizá algo que no se suele tener en cuenta es que los niños imitan todo lo que ven en casa. Al tomar a sus padres como ejemplo también imitarán su propia actitud frente al trabajo que desempeñan. Es por ello que este también es un punto muy a tener en cuenta.
Por eso estos deben mostrar siempre una actitud de ilusión y entusiasmo, así como tener claros sus motivos y objetivos.
Por tanto lo importante es exigir a cada niño en medida de sus posibilidades , asumiendo sus propios intereses y aptitudes, y por supuesto huya de todo tipo de comparaciones.
FUENTE:
http://www.pnlnet.com/

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