¿Niño conflictivo o Síndrome de Tourette?



Tics, dificultad en prestar atención, hiperactividad, impulsividad, problemas de conducta y bajo rendimiento académico son algunos de los signos que suelen manifestarse en los niños y adolescentes que padecen este trastorno neuro-psiquiátrico del desarrollo. Una especialista explica cuáles son las causas y cómo debe tratarse.

El Síndrome de Tourette (ST) es confundido a menudo con patologías psicológicas, por lo que hay en la actualidad un alto porcentaje de niños y adolescentes que lo padecen y no lo saben.
Según explicó en una entrevista con La Prensa la doctora María Beatriz Moyano, directora del Centro Interdisciplinario de Tourette, TOC y Trastornos Asociados (CITTTA) y jefa de la Unidad de Tics y Tourette de la Universidad Favaloro, se estima que entre el 1 y el 3 por ciento de los niños en edad escolar y entre el 1 y el 2 por ciento de los adolescentes sufre este trastorno neuro-psiquiátrico del desarrollo, caracterizado por la aparición de tics.
En tanto, la prevalencia en adultos es mucho menor: se calcula que 4 de cada 10.000 personas mayores de 21 años padecen ST. También se sabe que este trastorno afecta en mayor medida a varones que a mujeres (4 a 1), aunque los casos de ST en mujeres suelen ser más severos.
"Hay una tendencia a adjudicar en forma errónea los tics -característicos del Síndrome de Tourette- a causas casi exclusivamente psicológicas como el nacimiento de un hermanito, la separación de los padres o conflictos con sus compañeros. Por esta razón, los chicos suelen ser derivados a consultas psicológicas sin antes haber sido evaluados por un psiquiatra o un neurólogo, que son quienes realmente están capacitados para hacer el diagnóstico", advirtió Moyano.
A la hora de definir qué es el Síndrome de Tourette, la experta señaló que se trata de una afección neuropsiquiátrica caracterizada por la aparición de tics (movimientos involuntarios breves y repentinos) en la infancia o adolescencia (antes de los 18 a 21 años), que ocurren varias veces al día y casi todos los días.
Los tics pueden ser motores (gestos, muecas, movimientos) y fonatorios o vocales (sonidos, ruidos realizados con la garganta, boca o nariz). Los tics tienden a persistir más de un año y a variar en número, frecuencia, localización y fuerza, fluctuando su severidad con períodos de exacerbación y disminución a lo largo del tiempo.
"La mayoría de las personas afectadas por ST presentan en forma asociada a los tics una serie de trastornos psicopatológicos, siendo los más típicos el Trastorno por Déficit Atencional con Hiperactividad e Impulsividad, el Trastorno Obsesivo Compulsivo, dificultades con el control de impulsos, problemas de conducta y bajo rendimiento académico o laboral", precisó.
A este conjunto de manifestaciones psicopatológicas asociadas a los tics se le llama "comorbilidades". "Es muy importante recordar que el ST no abarca sólo tics sino también la comorbilidad -subrayó-, ya que mientras los tics suelen remitir al llegar a los veinte años, la comorbilidad suele persistir y ocasionar a las personas con ST más problemas que los tics en sí mismos. Por esta razón, se dice hoy que el ST es un trastorno neuro-psiquiátrico del desarrollo. En su diagnóstico es crucial que intervengan tanto el neurólogo como el psiquiatra, trabajando en forma complementaria".
EL ORIGEN
- ¿Cuáles son las causas del ST?
- El concepto de la enfermedad fue variando, considerándose hoy que la afección se debe a una alteración durante el desarrollo de ciertos circuitos cerebrales (circuitos fronto estriatales), responsables de modular tanto los movimientos involuntarios o "hábitos" (neuronas que al activarse habilitan o inhiben los movimientos involuntarios) como la conducta dirigida a metas y ciertas emociones. En el ST, estos circuitos fallan en su capacidad de inhibir los movimientos (tics) y regular ciertas conductas (atención, motivación, hiperactividad, impulsividad, compulsiones, habilidades sociales, expresión de pensamientos que usualmente inhibimos socialmente) y ciertas emociones (ansiedad, miedos, depresión).
- ¿Hay factores predisponentes a sufrir ST?
- Sí, dado que el ST tiene una importante carga hereditaria. Lo que se hereda es la vulnerabilidad tanto hacia los trastornos por tics como para desarrollar un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). El hecho de que algún familiar de primera línea (padres, hermanos) tenga ST, puede ser un factor predisponente para desarrollar un ST o un TOC. Esta predisposición aumenta cuando ambos padres padecen estos trastorno (bilinealidad).
También se ha vinculado el ST con algunos factores predisponentes perinatales, como por ejemplo, consumo de cigarrillos o drogas estimulantes durante el embarazo o falta de oxígeno en el momento del parto. Se le da también un rol importante a la exposición materna a severo estrés psicosocial durante el embarazo.
- ¿Hay otras manifestaciones del ST además de los tics y las posibles comorbilidades?
- Si bien la mayoría de los chicos con ST presentan una inteligencia normal, ya sea por la presencia de Trastorno por Déficit Atencional con Hiperactividad (TDAH) como por la presencia de Trastornos Específicos de Aprendizaje en el área de la escritura, lectura o cálculo, suelen presentar con frecuencia un bajo rendimiento académico. Una serie de déficits neuropsicológicos que se detectan con evaluaciones específicas explican esta problemática.
Es muy raro que un paciente tenga tics sin ningún tipo de comorbilidad. Sin embargo, se sabe que en la comunidad hay muchos pacientes con tics que no tienen comorbilidad y que tal vez nunca han consultado a un especialista.
A TIEMPO
- ¿Es posible la detección temprana de la enfermedad?
- Lo ideal es consultar a un neurólogo infantil apenas aparecen los tics en la infancia, sobre todo, si persisten más de un año, y también al psiquiatra infantil que es el profesional que tiene las herramientas más adecuadas para detectar la comorbilidad lo más precozmente posible, para evitar sus complicaciones.
Por ejemplo, si un niño tiene problemas de atención y concentración junto a síntomas de hiperactividad e impulsividad (TDAH) y solo algunas dificultades de conducta o de integración social y más adelante manifiesta sus primeros tics, es ideal que reciba una evaluación de sus tics (por un neurólogo infantil) y de sus conductas asociadas (por un psiquiatra infantil) lo antes posible. En el caso de existir alguna dificultad académica, es importante realizar una evaluación psicopedagógica para detectar la existencia de trastornos de aprendizaje o un perfil cognitivo que muestre ciertos déficits que podrían ya pre-anunciar la posibilidad de un futuro fracaso académico si no se le realiza un tratamiento psicopedagógico en ese momento.
De no recibir tratamiento, el cuadro se va complejizando con el paso del tiempo. A partir de esta vulnerabilidad, el niño se hace más propenso a vivencias de descontrol, vergüenza por sus síntomas y tendencia a ser blanco del bullying de sus pares, lo cual contribuye a bajar su autoestima y hacerlo más propenso a desarrollar trastornos de ansiedad y depresivos.
- ¿Hay un alto subdiagnóstico de ST?
- Si, por la falta de conocimiento que tiene la comunidad general -tanto padres como maestros- del trastorno y la comunidad científica en particular (pediatras, psicólogos, psicopedagogos, neurólogos y psiquiatras). Si bien es una afección común, ya que está presente en al menos el 1 por ciento de los chicos en edad escolar, no hay una enseñanza adecuada sobre el Síndrome de Tourette en las currículas de estudio habituales de estas carreras.
La visión predominante -exclusivamente psicogénica- de los tics en nuestro medio parece ser el principal obstáculo para el diagnóstico y tratamiento oportuno de los trastornos por tics como el Síndrome de Tourette y sus comorbilidades. Así, los tics son malinterpretados como síntomas de conflictos inconcientes y transcurren varios años tratados con psicoterapias clásicas de tipo psicodinámico que, al no ser específicas, no logran cambios en los tics, ni en el TDAH y el TOC.
COMO TRATARLO
- ¿Tiene cura el ST?
- Los tics, en la mayoría de los casos, son leves a moderados. La buena noticia es que los tics tienden a remitir naturalmente con el transcurso del tiempo. Según el consenso actual, sólo se medican los tics cuando son severos o son capaces de provocar vergüenza o estigmatización por su severidad o cuando provocan dolor o daño tisular. Los remedios disponibles para tratar los tics en la actualidad no son curativos sino paliativos.
Los tics aumentan con la ansiedad y el estrés, y con algunas comorbilidades, como por ejemplo, el TOC asociado. De manera que al entrenar al paciente y su familia en un adecuado manejo de ambos, muchas veces los tics reducen su severidad.
De vital importancia son también los aspectos psicoeducativos, los cuales son la mayoría de las veces suficientes para los pacientes con tics leves a moderados.
Frente a un paciente con ST, lo primero que debemos plantearnos es cuáles son sus síntomas principales y a continuación establecer una jerarquía de los mismos para ir tratándolos en forma progresiva a todos, a su debido tiempo.
El tratamiento es multidisciplinario, requiriendo los pacientes muchas veces abordajes múltiples: psicológicos, neurológicos y psiquiátricos.

Agustina Sucri

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