Resistencia emocional: La actitud resiliente



¿Qué hacen las personas emocionalmente resistentes para ser más eficaces en el manejo del estrés que aquellos que son menos resistentes? La diferencia clave entre estos dos grupos parece ser que las personas emocionalmente resistentes tienen un conjunto específico de actitudes respecto a sí mismos y a su papel en el mundo que los motiva y les permite hacer frente al estrés de manera más eficiente y eficaz que sus compañeros no resistentes.
– Tener expectativas y metas realistas y alcanzables.
– Poseer ciertas habilidades para la resolución de problemas.
– Ser persistentes y determinados.
– Ser responsables, reflexivos y no impulsivos.
– Ser comunicadores eficaces con buenas habilidades para las relaciones sociales.
– Aprender de la experiencia anterior para no repetir errores.
– Ser comprensivos y empáticos hacia otras personas.
– Tener una conciencia social y preocuparse por el bienestar de los demás.
– Sentirse bien acerca de sí mismos como personas.
– Sentir que tienen el control de sus vidas.
– Ser optimista
Estas especiales características de las personas resilientes les ayudan a mantener la perspectiva correcta, y a persistir en los esfuerzos a largo plazo frente a situaciones que las personas menos resistentes renuncian de inmediato a hacer frente. Es posible convertirse en una persona más resistente, pero para ello es necesario trabajar en el cultivo de estas creencias y actitudes para la propia vida.

Cómo funciona la resiliencia

Las actitudes simples que subyacen a la resiliencia emocional son de gran alcance y pueden llegar a ejercer una influencia muy poderosa sobre la vida emocional de las personas. En realidad no es que las personas emocionalmente resistentes tengan más o mejores habilidades de afrontamiento que las no resistentes. Lo que ocurre realmente es que están en mejores condiciones que los no resistentes para aplicar las habilidades de afrontamiento que poseen.
Podemos considerar, si se quiere, que el primer principio para hacer frente con éxito a las situaciones estresantes es creer que es posible hacerles frente. Las personas resilientes creen que tienen el potencial de control sobre sus vidas, y están convencidos de poder influir en su situación. Los sujetos no resilientes tienden a no compartir esta creencia, y por lo tanto sus esfuerzos para afrontar el estrés se perciben como inútiles y son abandonados de inmediato. La gente no se esfuerza en el afrontamiento cuando no cree que el afrontamiento puede ayudarle.

El estrés es estresante precisamente porque es una fuente de emociones negativas. Estas emociones negativas ejercen una poderosa influencia sobre la percepción. Mientras experimentamos emociones negativas podemos sentir con cierta facilidad que no hay manera de resistirse a ellas.
La depresión, por ejemplo, a menudo se siente como una condición permanente que simplemente debe ser experimentada, que nada se puede hacer para hacer que se vaya. A pesar de que esta percepción de estar indefensos ante la emoción negativa es seductor, no es necesariamente cierto. Es posible influir y cambiar los estados de ánimo negativos por otros más positivos de manera consciente.
Simplemente hacer algún ejercicio físico cuando uno se siente estresado puede levantar temporalmente el estado de ánimo. Desafiar racionalmente las percepciones negativamente exageradas es otro método eficaz para elevar el estado de ánimo

Las personas naturalmente resilientes entienden esto intuitivamente. Para el resto de nosotros, hay una explicación científica de cómo esto es posible, y podemos trabajar y esforzarnos de manera consciente para mejorar nuestro estilo de afrontamientoante las situaciones difíciles.
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