En este decálogo podemos encontrar algunas pistas para
mejorar la resiliencia familiar, ninguna de ellas, por sí sola, contribuirá a
dicha mejora y sí el conjunto de todas, por experiencia, logra grandes cambios
en familias con baja resiliencia.
1. Trasmitiendo seguridad y optimismo, como profesional,
para labrar una relación de confianza mutua.
2. Construyendo un equipo de trabajo sólido con la familia.
3. Teniendo una comunicación abierta, respetuosa y sincera.
4. Trabajando las expectativas basadas en el pensamiento
positivo.
5. Comentando con la familia en qué radica el problema de su
hijo/a y cómo debemos contribuir al incremento de su calidad de vida a través
de sus puntos fuertes.
6. Consensuando metas comunes y realistas, con una base
funcional basada en las prioridades del desarrollo.
7. Aceptando que pueden existir limitaciones pero que no las
tenemos que poner nosotros de antemano.
8. Conociendo los recursos personales y los puntos débiles
sobre los que trabajar con la familia.
9. Enseñando a la familia las estrategias y programas de
comunicación necesarios para una persona con trastornos del desarrollo.
10. Demostrando, con hechos, nuestro apoyo incondicional.
Completo Decálogo, me permito compartirlo, autoevaluándome, creo cumplir todos los mandamientos, la resiliencia en las familias de mis aprendices es positivamente adecuada (la excepción confirma la regla), sirve para cualquier caso de alumnos con necesidades educativas especiales, cualquiera que sea su diagnóstico. Por intuición y por experiencia.... Funciona!.
ResponderEliminarGracias, Marién, tan claramente expresado, te lo tomo y comparto en Inclusión en el aula día a día y
Te invito a que te detengas en http://inclusionenelauladiaria.blogspot.com.es/p/ensenanza-y-aprendizaje-de-la.html
Besos. Alicia