¿Qué es la Disfasia?
Sujeto que presenta déficit en el lenguaje, tanto a nivel
comprensivo como expresivo, sin que exista un trastorno generalizado del
desarrollo, déficit intelectual, auditivo o un trastorno neurológico.
Este déficit en el lenguaje oral se caracteriza, además de
por un retraso cronológico en la adquisición del lenguaje, por importantes
dificultades específicas para la estructuración del mismo, produciéndose así,
conductas verbales anómalas que se traducen en una desviación respecto a los
procesos normales de adquisición y desarrollo del lenguaje.
¿Todas las disfasias son iguales?
No, porque todos los niños/as son diferentes.
No, porque puede afectar al nivel comprensivo y/o
expresivo del lenguaje, o a diferentes rasgos o niveles: con cuadros
diferenciales, que harán que un niño/a disfásico se nos presente muy
diferente a otros.
¿Cuál es la causa?
Se han y se siguen barajando múltiples hipótesis. Por las características
que presenta la disfasia, su etiología puede ser múltiple.
¿Cómo se diagnostica?
Aunque en el diagnóstico se eliminen otros tipos de
déficit o patologías del niño/a disfásico debe responder a una descripción
objetiva de conductas lingüísticas, cognitivas, sociales y psicomotoras
ceñidas al déficit que presenta.
Hoy en día, no existen pruebas de exploración neurológica,
cromosómica o de otro tipo para que se pueda dar un diagnóstico cierto e
incuestionable.
¿Quién debe explorarla?
Será imprescindible el diagnóstico del neuropediatra y del
logopeda, y la intervención del pedagogo, psicólogo y otros profesionales del
sector.
¿Se puede confundir con otro tipo de patología?
Sí, si hay una valoración incorrecta de las conductas que
el niño/a presente.
Sí, cuando, aunque de forma más leve, estén comprometidas
también redes cerebrales de otras entidades neurológicas.
Muestra conductas y comportamientos semejantes en edades
tempranas con otros trastornos (autismo, sordomudez,
hipercinético-atencional), pero motivados por causas distintas, perceptibles
en la exploración y valoración.
¿Es normal el niño/a disfásico en los demás aspectos
del desarrollo?
No. El lenguaje es la capacidad por excelencia para
organizar el pensamiento, canalizar los aprendizajes y regular las conductas.
Por lo tanto, y dependiendo de la edad del niño/a y de la severidad del
trastorno, se pueden constatar déficit secundarios: de apariencia perceptiva,
cognitivos, psicomotores, afectivos, relacionales …
Como padres, ¿qué síntomas nos podrían hacer sospechar
que nuestros hijos/as sufren una disfasia ?
Enumerar una serie de conductas tiene el peligro de verlas
en nuestros hijos, de constatarlas en otro tipo de patologías.
No valores las conductas relacionadas abajo, pues no
responden a un caso concreto, sino a una multiplicidad, no son cuantificables
sino cualificables y su propósito es informar, no delimitar o definir. No son
rasgos particulares o exclusivos.
- Si cree que su hijo/a no responde cuando se le
llama...No obedece...No responde a los estímulos orales.
- El niño/a no pronuncia ningún fonema o muy pocos y los
que pronuncia no se le entienden.
- No junta dos, tres sílabas.
- Antes decía papá, mamá, y ha dejado de decirlo.
- El niño/a repite muchas cosas y dice frases pero no atiende
cuando se le llama, no entiende muchas de las cosas que se le dicen.
- No llora ni se ríe como los demás niños/as: parece que
siempre tiene la misma expresión de la cara.
- A veces entienden gestos; otras no. Unos los utilizan
para comunicarse, otros señalan con el dedo o tiran de nosotros para que les
demos lo que quieren.
- Se irrita mucho, es "cabezota",
"distraído", "no presenta atención". No juega con otros
niños/as, se lleva mejor con las personas mayores. No me mira a los ojos.
Pero cuando está jugando solo, manipula muy bien los juguetes, los busca, los mira, permaneciendo bastante tiempo con esas actividades.
- Las dificultades psicomotoras han ido desapareciendo;
aún le cuesta el lanzamiento y la recepción de objetos, pero sabe utilizar el
triciclo y trepa por todas partes. Cuando se cae o se da un golpe parece que
no le duele. La respuesta a molestias no es normalizada.
- Presenta ecolalia y estereotipias.
- No atiende en clase, molesta mucho, tiene muchas
conductas disruptivas.
- No sabe los colores ni las formas básicas..., o los
confunde; cambia la serie de los números; no aprende a leer ni a escribir...
No sabe los días de la semana, equivoca el desayuno con la cena.
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