¿QUÉ SON
LAS CONDUCTAS DESAFIANTES?
Los primeros
años de vida ejercen una influencia muy importante en el desarrollo personal y
social del ser humano. En este periodo, niños y niñas desarrollan su identidad
personal, adquieren diferentes habilidades y aprenden pautas de conducta
básicas para participar e integrarse en la vida familiar, escolar y social.
En el contexto
escolar se producen infinidad de interacciones entre las que podemos observar
el estilo de cada alumno y alumna en las relaciones sociales y en la resolución
de conflictos, algunas de estas conductas pueden ser catalogadas como conductas
desafiantes, las que afectan a las relaciones sociales con adultos e iguales y
a las posteriores estrategias de interrelación o las que dificultan el
aprendizaje.
LA
PREVENCIÓN DE CONDUCTAS DESAFIANTES EN LA ESCUELA INFANTIL. UN ENFOQUE
PROACTIVO
La conducta
desafiante es cualquier tipo de conducta que interfiere en el aprendizaje o en
el normal desarrollo de los niños y niñas, que resulta dañina para ellos, o
para otros compañeros, compañeras o adultos, o que les sitúan entre la
población que tiene alto riesgo de manifestar posteriormente problemas sociales
o fracaso escolar (Langley 2008, p. ii).
Según
Emerson (1995), el término “conducta desafiante” se refiere a:(Toda)
conducta culturalmente anormal de tal intensidad, frecuencia o duración que es probable
que la seguridad física de la persona o de los demás corra serio peligro, o que
limite el uso de las oportunidades normales que ofrece la comunidad, o que,
incluso, se le niegue el acceso a dichas oportunidades (p.4-5).
De esta
última definición podemos destacar que, por un lado, la cultura propia de
cada contexto va a jugar un papel fundamental en la consideración de la
conducta como desafiante o no y, por otro, que la limitación de oportunidades
(para aprender y desarrollarse) determina que algunos comportamientos sean
catalogados con esa definición, ya que las conductas están condicionadas por
las consecuencias que producen tanto en el propio individuo, como en el resto
de las personas que comparten su entorno.
Las conductas
desafiantes constituyen, con frecuencia, el medio que utilizan los niños y
niñas que carecen de las habilidades comunicativas y socioemocionales
necesarias para expresar sus necesidades y aparecen cuando existe un desajuste
en la interacción que establecen con su contexto social (Carr, McConnachie,
Carlson, Kemp, y Smith, 1996; Tamarit, 2005).
Como
consecuencia de todo ello, consideramos fundamental asumir el reto de
contribuir a favorecer el desarrollo de la competencia socioemocional de niños
y niñas, de enseñarles habilidades y de crear un entorno que responda a sus
necesidades en el contexto de la Educación Preescolar, como forma de prevenir
posibles conductas que puedan ser dañinas para cualquier persona de la escuela,
incluyendo a quien las protagoniza.
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