Características de las personas resilientes



Características de las personas resilientes

Las personas con una alta capacidad de resiliencia muestran unas características comunes que podemos ver a continuación:
  • Presentan expectativas ajustadas y realistas ante un momento difícil o una situación adversa.
  • Valoran los hechos de una manera razonada.
  • Mantienen la capacidad de afrontar la situación con las capacidades que tienen.
  • Manejan con calma emociones y sentimientos negativos.
  • Muestran flexibilidad para adaptarse a nuevas situaciones que les surgen y que requieren de un cambio.
  • Son constantes con todas aquellas tareas que inician y llevan a cabo.
  • Poseen una paciencia adecuada para tratar y superar las situaciones límite.
Además de estas características, hay ciertos elementos de resiliencia que se dejan entrever, gracias a una serie de hábitos. Las personas resilientes muestran estos hábitos que les descubren esa capacidad de resiliencia humana:
  • Se centran en el aquí y el ahora. Al estar centradas en cada situación, consiguen afrontarlas de una manera focalizada y sin dispersarse.
  • Mantienen unas expectativas ajustadas. Solo al afrontar con realismo estas adversidades inevitables, se superan con éxito.
  • Fomentan la expresión emocional. Comunicar con frecuencia nuestros sentimientos nos ayuda a no acumular malestar y afrontar de mejor modo la adversidad.
  • Trabajan su autoestima. Se valoran de la manera más adecuada y afrontan sus dificultades para sentirse mejor consigo mismas.
  • Buscan soluciones a las adversidades en lugar de evitarlas. La acción de evitar las dificultades no supondrá en ningún caso resultados positivos, ya que tarde o temprano se deben hacer frente.

Tipos y ejemplos de resiliencia

Ya hemos visto la definición de resiliencia, los factores que ayudan a descubrir una persona resiliente y los hábitos que las definen. Pero seguro que estarás preguntándote en qué casos concretos la resiliencia ha hecho una aparición notable.
La resiliencia puede presentarse de diferentes formas y en infinidad de situaciones adversas. Para cada persona, un cambio puede suponer una de estas pruebas a superar.
La resiliencia individual es la que vivimos de primera mano, la que atañe a nuestra vida personal. Poder afrontar los cambios en la vida laboral, situaciones sentimentales complicadas, procesos de estrés…  marcarán nuestra capacidad de resiliencia.
Dentro del ámbito laboral, la resiliencia se muestra también a la hora de superar los giros en el trabajo elaborado, la superación de la tensión y el agobio que puede suponer…etc.
Pero esta resiliencia se proyecta en más ámbitos y situaciones. La gran resistencia  mostrada por supervivientes a huracanes, inundaciones y otro tipo de desastres naturales, son un claro signo de la resiliencia colectiva.
Al fin y al cabo, podemos ver cómo esta capacidad ayuda a sobreponerse a toda dificultad que pueda surgirnos en la vida, sea cual sea su índole. Por ello, es importante desarrollar la resiliencia en niños, y tener esta capacidad formada para afrontar la vida.

¿Se puede desarrollar la resiliencia?

La definición de resiliencia no nos deja claro si es una capacidad que se pueda desarrollar. Sin embargo, la experiencia nos dice que sí, que es una capacidad desarrollable gracias a una terapia adecuada.
¿Cómo desarrollar la resiliencia?... siempre puedes seguir una serie de consejos básicos que te ayudarán a comenzar en el desarrollo de tu propia resiliencia:
  • Crea relaciones sociales más allá de la familia. Relacionarte con amigos y compañeros de trabajo con los que establecer nexos de apoyo, te proporcionará alternativas y modelos a seguir para poder afrontar nuevos retos.
  • Cambia tu perspectiva respecto a las crisis. Afrontar un momento difícil como algo catastrófico no es una característica de alguien resiliente. Acepta la adversidad pensando que servirá para construir un futuro mejor y busca pequeños estímulos que te ayuden a sobrellevarla.
  • Afronta y decide. Esquivar las situaciones adversas no hace otra cosa que prolongarlas. No tengas miedo de pensar en ello y tomar partido. Esto te ayudará a encontrar mejor la solución.
  • Potencia tu comunicación. Con los demás y contigo mismo. Saber gestionar los sentimientos que nos abordan hará que las situaciones difíciles no nos sobrepasen.
  • Quiérete. Primeramente, debes aceptar cómo eres y tener una visión positiva de ti mismo. Acepta tus fortalezas y debilidades, potenciando aquello que te ayudará a superar todo tipo de situaciones.
  • Cuídate física y mentalmente. Hacer ejercicio de manera regular ayuda en gran medida a nuestro estado de salud, forjando una resiliencia física que nos ayudará a superar más situaciones. No olvides prestar atención a tus sentimientos, tus inquietudes y tus necesidades para sentirte bien psicológicamente.


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