
PAPEL DE LOS PADRES FRENTE AL ACOSO ESCOLAR
CUANDO EL HIJO ES LA VÍCTIMA :
• Investiga bien lo que está ocurriendo. Escucha a tu hijo y no lo interrumpas. Deja que desahogue su dolor.
• Ponte en contacto con los profesores de tu hijo, con dirección y/o jefatura de estudios para alertarlos acerca de lo que ocurre, y pide su cooperación en la investigación y en la resolución de los hechos.
• No estimules a tu hijo a que sea agresivo o tome venganza: Empeorarías más la situación.
• Discute alternativas asertivas para responder a los acosadores y practica respuestas con tu hijo
• En el caso de que el acoso continúe, prepárate para ponerte en contacto con un abogado.
• Dependiendo del grado de ansiedad y miedo en que esté envuelto tu hijo, búscale un psicólogo para ayudarlo a superar este trauma. Jamás te olvides que la mejor ayuda, en esos casos, es la de la familia.
• Mantén la calma y no demuestres toda tu preocupación. Demuestra determinación y positivismo.
CUANDO EL HIJO ES EL ACOSADOR:
• Investiga el por qué de que sea acosador
• Habla con los profesores, pídeles ayuda, y escucha con calma todas las críticas sobre tu hijo.
• Acércate más a los amigos de tu hijo y observa qué actividades realizan.
• Comunicación y confianza con tu hijo. Los niños necesitan sentir que sus padres los escuchan.
• Colabora con el colegio dando seguimiento al caso y registrando las mejoras.
• Canaliza la conducta agresiva de tu hijo hacia algún deporte de competición, por ejemplo.
• No ignores la situación. Mantén la calma y procura saber cómo ayudarlo.
• Ayúdalo a que manifieste sus insatisfacciones y frustraciones sin agresión.
• Demuéstrale que sigues queriéndolo tanto o más que antes; pero desaprueba su comportamiento.
• Anímalo a que reconozca su error y que pida perdón a la víctima. Elogia todas sus buenas acciones.
NIÑOS QUE SON MOLESTADOS O INTIMIDADOS
• Los varones son más proclives que las niñas a molestar o intimidar a otros.
• Las niñas frecuentemente reportan haber sido molestadas o intimidadas tanto por varones como por otras niñas, pero los varones son molestados o intimidados con mayor frecuencia solamente por otros varones.
• Los niños y los jóvenes que sufren molestias o intimidaciones son más proclives que otros niños a sentirse deprimidos, solitarios, ansiosos; tener la autoestima baja, sentirse enfermos y pensar en el suicidio.
• Los adultos a menudo no son conscientes de los problemas de acoso o intimidación. En un estudio, el 70% de los docentes creía intervenir "casi siempre" en las situaciones de molestia o intimidación; pero sólo el 25% de los estudiantes estuvo de acuerdo con esta valoración. (Charach et al, 1995)
Fuente:http://es geocites.com/balbomeroab/t/documentos.html.
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